¿Que está sucediendo? ¿qué ocurre? ¿hacia dónde vamos?. Estas y muchas preguntas más surgen ahora, cuando al parecer en distintas regiones del pais, muchos hacen caso omiso a ceñirse a la política de "abrazos, ¡no balazos!".
¿Habrá despertado el México "bronco"?. Sí aquel del que imaginariamente se hablaba hace algunos años y que avizoraba condiciones difíciles como las que vemos hoy con actos delictivos que parecieran tener en jaque a las fuerzas de seguridad nacional.
Y es que a diario, se escenifican hechos que alteran la paz y la tranquilidad social.
Por ejemplo, mire usted: al medio día del pasado 24 de julio, a través de redes sociales, fueron reportados enfrentamientos armados y bloqueos con autos en llamas en distintas vialidades de Zinapécuaro y Álvaro Obregón, Michoacán, por un conflicto entre dos grupos criminales lo cual motivó la intervención de la Guardia Civil y la Secretaría de la Defensa Nacional.
Tales acontecimientos se dieron a una semana de que algunas regiones de Michoacán se convirtieran en blanco de ataques con drones, al parecer operados por grupos criminales con el fin de agredir a la comunidad de Presa del Rosario; antes, hubo un caso similar en el municipio de Apatzingan, en el que debido a explosivos que fueron lanzados hubo daños materiales y una persona resultó lesionada (Infobae 24/07/2023).
Un segundo evento, ocurrió en Poza Rica. Veracruz, donde la activista y excandidata de Unidad Ciudadana a la Presidencia de dicha localidad, Zayma Zoraya Zamora García, alrededor de las trece horas, el 25 del mismo julio, fue acribillada por sujetos armados que le dispararon, al llegar a su negocio denominado Muelles y Mofles Rascón (La Jornada 25/07/2023).
Un tercer hecho: en Pantelhó, Chiapas, el mismo 25 de julio, civiles armados, prendieron fuego a dos viviendas en una zona donde tiene presencia un grupo antagónico de autodefensa, que en fechas recientes había realizado el derribo de árboles instalando barricadas impidiendo el acceso de grupos contrarios a la cabecera municipal de Pantelhó (El Heraldo de Chiapas 25/07/2023).
Como si faltara algo más, el 26 de julio, fueron reportados enfrentamientos en los límites de Nuevo Laredo, Tamaulipas y Coahuila y hubo bloqueos en la carretera federal Nuevo Laredo-Piedras Negras, con vehículos incendiados; un operador de un vehículo pesado mostró cómo un grupo de individuos con armas largas estaba sobre la batea de varias camionetas, amén de la alerta que se dio a las autoridades por habitantes de la región, en relación con el ingreso a la ciudad de vehículos con hombres armados que eran seguidos por patrullas de la SEDENA (Excélsior 26/07/2023).
Y ya entrados en este mes de agosto, en el curso de esta semana se han suscitado cierres de carreteras en diversos estados del norte del país o en Guerrero, por ejemplo, donde grupos subversivos incendian camiones de carga, vehículos particulares cometiendo atracos generándose escenas que ya se van haciendo común ver por todos lados.
Son hechos que, sin duda, guste o no a las autoridades, evidencian que la delincuencia no da tregua, y aquello que con bombo y platillo anunciara reiteradamente Ricardo Mejía, el flamante excandidato al Gobierno de Coahuila, referente al plan de 0 impunidad, resultó un fiasco.
Y ante toda esta situación que hoy vive México, la otra realidad que se vive es aquella en la que participan –en actos anticipados de campaña, quiérase o no reconocerlo— diversos personajes que aspiran a la candidatura presidencial rumbo al 2024.
Pero más de uno se pregunta ¿será que dichos personajes están seguros de lo que quieren? ¿Seguro quieren ser Presidente o Presidenta de México?.
Al menos deben estar conscientes que gobernar a este país –hoy asolado por la delincuencia-- es un verdadero reto; observese que ni por asomo se ve que los miembros de la delincuencia o crimen organizado quieran dar tregua en sus actos ilicitos.
altar_mayor@yahoio.com.mx)