En las narices de la ONU o con la anuencia de ella, los banqueros judíos de Wall Street y de Europa están cometiendo otro genocidio más. En colaboraciones anteriores dijimos que detrás del títere mandatario israelí, asesino por vocación, están los poderosos banqueros Rothschild y Rockefeller, así como los poderosos consorcios fabricantes de armamentos.
El pasado 22 de septiembre el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, afirmó que la ONU sólo está de adorno y de florero y que las potencias no tienen un plan para apoyar a los países más pobres, ni tienen freno para tomar partido en las guerras y enviar armamento. Y eso están haciendo hoy los gringos con el genocidio que se está cometiendo en Palestina.
Indignado por ese genocidio donde la ONU está atada de manos, el pasado 3 de noviembre el director de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Nueva York, Craig Mokhiber, presentó su renuncia. En su renuncia dijo que lo hace en un momento de angustia para el mundo y que una vez más somos testigos, dijo, de otro genocidio y que la ONU parece impotente para detenerlo.
Craig es alguien que trabajó como investigador de los derechos humanos en Palestina desde 1980, y vivió en Gaza como asesor de los derechos humanos de la ONU en la década de 1990. En su renuncia afirma que: ahí "trabajé durante los genocidios contra los tutsis, los bosnios, los yazidíes y los rohinyás. En cada caso en la medida que se asentaba el polvo sobre los horrores perpetrados contra poblaciones civiles indefensas, se hizo dolorosamente evidente que habíamos fallado en nuestro deber de cumplir con los imperativos de prevenir atrocidades masivas, de proteger a los vulnerables y hacer que los perpetradores rindan cuentas. Lo mismo ha ocurrido con las sucesivas oleadas de asesinatos y persecución de los palestinos a lo largo de la existencia de las Naciones Unidas".
Y luego en su misma renuncia a la ONU, Craig continúa:
"Como abogado de derechos humanos con más de treinta años de experiencia en este campo, soy muy consciente de que el concepto de genocidio ha sido a menudo objeto de abusos políticos. Pero la actual matanza del pueblo palestino, arraigada en una ideología colonial etnonacionalista, una continuación de décadas de persecución y limpieza sistemáticas, basadas enteramente en su condición de árabes...", de esa desgracia, nada informan los medios manipuladores y mediáticos de occidente o lo desvirtúan. Pues éstos son propiedad de los poderosos judíos dueños del dinero.
Craig dice: "En Gaza, hogares, escuelas, iglesias, mezquitas e instalaciones médicas están siendo atacados sin motivo y miles de civiles están siendo masacrados. Éste es un caso de genocidio de manual. El proyecto colonial europeo y etnonacionalista de colonización en Palestina ha entrado en su fase final hacia la destrucción acelerada de los últimos vestigios de la vida palestina autóctona en Palestina. Lo que es más, los gobiernos de los Estados Unidos, el Reino Unido y gran parte de Europa son totalmente cómplices de este horrible asalto". No sólo se niegan a cumplir con las obligaciones establecidas en las Convenciones de Ginebra "...sino que arman activamente la ofensiva, brindan apoyo económico, inteligencia y encubren políticamente y diplomáticamente las atrocidades de Israel". Atrocidades que hasta el 7 de octubre habían causado la muerte de 12 mil personas. La mayoría de civiles.
Los medios informativos de estas potencias han venido difundiendo una propaganda incesante que deshumaniza a los palestinos para justificar el genocidio. Y han difundido además una propaganda de odio racial y religioso contra los palestinos, incitando contra ellos la discriminación, la hostilidad y la violencia. Esos medios nada dicen de los más de seis mil bombardeos que han hecho los israelitas sobre la franja de Gaza con bombas de fósforo blanco: este material es tan letal o más que el napalm que los gringos arrojaron masivamente sobre Vietnam. Al explotar el misil, el fósforo se extiende como una nube blanca y cae como aerosol a una temperatura de 800 grados centígrados. Al caer quema todo a su paso: plantas, cemento de las construcciones, acero y es capaz de perforar el material más resistente, ya no se diga la piel, los huesos y los órganos de las personas cuyo daño es irreversible. El inhalarlo resulta totalmente mortal. Al saber de los cientos de atrocidades cometidas por los dueños del dinero en los últimos cien años, no me cabe ninguna duda que estamos viviendo la decadencia de una civilización milenaria y del sistema capitalista: éste no le puede dar felicidad a la humanidad y es una amenaza para la vida del planeta mismo