El pasado 20 de julio Diario Presente me publicó un artículo con el título "El terrorismo de la derecha en México", y textualmente dijimos que "la derecha en México tiene como aliada a la muerte". Y retomamos estas reflexiones con motivo de la dolorosa tragedia sucedida el domingo pasado en Salvatierra, Guanajuato en que lamentablemente perdieron la vida once jóvenes y hubo doce heridos. Esas desgracias a la derecha le convienen y las usa contra AMLO para descalificarlo. Los muertos y los dolientes no le interesan a la derecha.
En el mismo artículo afirmamos que: "...la derecha cuenta con el crimen organizado como un aliado político" y vaticinamos que conforme se acercaran los días electorales esos grupos arreciarían la violencia y el terrorismo de derecha en nuestro país. Y luego agregamos que: "No será raro que en los días por venir sucedan actos de terrorismo y sabotaje en alguna refinería, en un aeropuerto o algún otro "accidente" en el metro: y todo motivado por la ambición del poder y del dinero".
El crimen organizado es una fachada que los mismos gringos han armado en México para tenernos postrados y subordinados, a nuestro gobierno y a sus instituciones, para obligarlo a cumplir con los poderosos intereses económicos del país del norte. Durante el siglo XIX invadieron militarmente a México de manera descarada; en nuestros días, con el pretexto del fentanilo, nos tienen invadidos con el crimen organizado. Quien mueve los hilos detrás del crimen organizado y del negocio del fentanilo son los mismos poderes fácticos de los Estados Unidos en su esfuerzo incansable por apropiarse del petróleo mexicano y, hoy, del litio. En su novela histórica, "Gloria e infierno", el erudito doctor en historia, Enrique Canudas nos dice que la violencia cotidiana que se vive en México "...a la que han dado en llamar el narcotráfico, no es más que un macabro plan militar norteamericano para apoderarse del petróleo mexicano". Es una estrategia muy perversa de tener postrado al gobierno mexicano y obligarlo a cumplir con los intereses económicos del imperialismo gringo.
Y aunada a esa arremetida de violencia que se ha multiplicado en los recientes meses, predijimos el pasado mes de julio, que la oposición iría intensificando su campaña sucia y mediática de difamación contra AMLO y su gobierno de la 4T conforme se acercan las elecciones de julio próximo. Y para ello diariamente con los medios escritos, televisivos y radiofónicos nos bombardean con una campaña abrumadora para crear confusión y descalificar a López Obrador y su obra de gobierno. Influir en las elecciones es lo que pretende la oposición con el incremento de la violencia y con su campaña descalificadora.
Esa campaña ha minimizado y difamado a la histórica obra que es el Tren Maya y su impacto multiplicador que, sin duda, tendrá en todo el Sureste. Esta región del país durante sexenios vivió rezagada y en el olvido por una burguesía chilango-norteña que siempre ha pensado en el centro-norte para arriba, y que al sur sureste "ni voltearlo a ver" como propuso Claudio X. González el año pasado.
Esa campaña mediática de la derecha contra las obras de la 4T, poco a nada ha dicho de la magna obra que histórica y económicamente implica para México y el mundo, el tren transístmico Tehuantepec- Coatzacoalcos. Este corredor rápido vinculará por fin al Pacífico con el Golfo de México, con los siete tigres de Asia por el Pacífico y con Europa y el Este de los Estados Unidos por el Atlántico. Esta obra se ha vuelto más importante hoy con los problemas de fluidez que tiene en nuestros días el Canal de Panamá. Ese proyecto transístmico es un sueño que los gringos han tenido desde el siglo XIX y que estuvieron a punto de lograrlo con el Tratado Mc Lane-Ocampo pero que la guerra civil en el país del norte echó abajo. Ese ambicioso proyecto y que Inglaterra y Estados Unidos disputaron durante los años de don Porfirio Díaz y que precisamente el gobierno de Díaz inició pero que la revolución mexicana truncó, por fin el gobierno de Andrés Manuel López Obrador está a punto de culminarlo y, además, como una obra de la nación. Pues de esa magna obra nada dice la campaña difamadora de la oposición contra AMLO.
Y no para ahí esa campaña de mentiras y difamaciones. Creemos que, por encima de las dos obras mencionadas, es para AMLO más importante aún el rescate de PEMEX: el rescate de sus seis refinerías abandonadas por Peña Nieto, la compra de la Deer Park, la construcción de la refinería Olmeca y la autonomía energética que se pretende lograr con ello. Sin embargo, la oposición ha armado una propaganda sutil contra ese proyecto difundiendo noticias falsas sobre un PEMEX inoperante y endeudado, que le debe a los proveedores, que se han agotado las reservas petroleras de nuestro país y párele usted de contar. Hay que entender que el problema que tienen con el imperialismo yanqui los países como México y Venezuela es el petróleo.