En el libro Violencia digital y fake news: un atentado a la dignidad de la persona, recién presentado en el Auditorio Gabino Fraga por esta autora, con una juventud estudiantil muy consciente de lo que está ocurriendo en las redes sociales y en el abuso desmedido de los propietarios de estas empresas que dominan el comercio y no la libertad de expresión, se narró uno de los últimos conocimientos que desnuda el monopolio de la información y se aleja del derecho fundamental de la protección a la libertad de expresión.
En el Seminario de Derecho Administrativo de la UNAM con el apoyo de la Directora Sonia Venegas, y el Dr. Yuri Pavón, por primera vez después de tres presentaciones de esta obra todos coincidimos en varios temas de gran interés para proteger la dignidad de la persona. La libertad de expresión no implica como señalaba en su eterno juicio que se explica en la página 80 del libro en cuestión ni fake news, ni discurso de odio ni posverdad.
La libertad de expresión está caracterizada por la información de un hecho de relevancia pública, por una persona conocida, veraz pues, aunque tiene un origen verdadero y por ello persigue que la sociedad escuche con objetividad e imparcialidad una realidad sin afectar el derecho a la dignidad de la persona, así como el derecho a la integridad de su salud.
En la exposición los estudiantes con gran madurez compartieron que las fake news no son hechos, son manipulaciones de emociones, conocidas como democracia sentimental que desvirtúa a través de emociones y sentimientos, donde se prepara un complot sin contenido real (los hechos son obviados) lo importante es la malicia efectiva de lo que persigue el algoritmo o los anónimos alejados de la libertad de expresión.
En la Conferencia también se analizó el capítulo III de la obra para sostener que aplicar como solución jurídica el daño moral a este tipo de figuras en las redes ha sido un error doctrinal de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El daño moral que nació en el siglo XX no puede ajustarse a la problemática que se está viviendo en las redes sociales y argumentar que esto es una censura que atenta contra nuestra dignidad, porque quien controla las redes no son las personas ni un órgano fiscalizador que se ha negado a permitir la transparencia en función de la imposición del comercio.
Pero una de las preguntas fundamentales que elimina ese velo que todos hemos sufrido es,
¿Se pueden censurar las redes sociales?
Ah, todos somos testigos que el Internet se convirtió en una plaza pública donde los derechos fundamentales no se respetan pues las fake news en sus distintas modalidades han sido una especie de un titular que desvirtúa el hecho, o un contexto manipulado, o la falta de veracidad para violar otros derechos, sin embargo, los potentados de estas redes como Mark Zuckerberg propietario de Instagram, WhatsApp y Facebook, las redes más masivas del mundo, han expresado una y otra vez que son neutrales.
Lo que no ha sido neutral es su forma de impulsar su comercio con las redes farmacéuticas que han puesto en peligro a una gran parte de la población. El dueño de estas empresas ha sido el autor de invisibilizar con la censura a médicos, biólogos, y víctimas como George Hu, ingeniero de software y responsable del sitio web de la vacuna C_19 que tenía 250 000 miembros.
De igual forma una revista de gran prestigio en investigación, publicó los graves problemas de integridad de datos en el ensayo de la vacuna de Pfizer, que en circunstancias transparentes habría paralizado la aprobación de la vacuna, pero Meta no permitió compartir la información por los intereses de las empresas comerciales. Así lo ha expresado Zuckerberg en "confesión ante el gobierno de Estados Unidos de Joe Biden, al "sentirse presionado" por las grandes transnacionales farmacéuticas.
Al dueño de estas empresas virtuales no le ha quedado más remedio que reconocer su "error" pues el escándalo en las redes a través de la censura en un tema de salud mundial tan delicado que ha llevado a una desinformación afectando a muchos ciudadanos. El señor propietario Zuckerberg reconoce tener beneficios económicos en la pandemia y claro ello no afecto su honor personal sino comercial, sus intereses económicos que lo lleva hasta la posibilidad de dividir su empresa.
Por ello, el 26 de agosto Zuckerberg envió al Comité Judicial de la Cámara de representantes de Estados Unidos esta confesión, lamentándose de no haber sido más honesto sobre las presiones recibidas por parte del Gobierno, ¿y los muertos? ¿y los ciudadanos que hemos sufrido la maldad de la posverdad sin soluciones gubernamentales?
Considero que está llegando el momento de medidas jurídicas que se explican en el Capítulo III de la Obra Violencia Digital, esto sólo tiene una solución que no es globalizada: "la constitucionalización del ciberespacio" El ejemplo más real y objetivo ha surgido en estos días en Brasil, cuando Elon Musk se negó a nombrar un representante legal en Brasil y moderar contenidos, razón por la cual un Juez del Tribunal Supremo Federal de Brasil, al establecer que los proveedores de internet del país están cumpliendo la orden de abstenerse de desobedecer cualquier orden judicial emitida por el Poder Judicial brasileño, la negativa de Elon implicaría una multa de 20,000.00 dólares por perfil que no haya eliminado. Como en cualquier país civilizado para operar dentro del territorio nacional de Brasil, todas las plataformas de redes sociales deben contar con un representante legal con quien se pueda contactar.
¿Y qué sucede en México? Acompaño el link de la Conferencia ofrecida en el Auditorio de la Facultad de Derecho de la UNAM (https://www.facebook.com/share/v/WNhxy8XzcX2CBamP/). Por supuesto, varios litigios estratégicos deben lograr el cambio si las legislaturas siguen tardando, y lamentablemente los juzgados federales aplican los principios del Siglo XX.
(Profesora Investigadora SNII III de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco. Colaboración para PRESENTE)