El grito de independencia en la CDMX se festeja cada 15 de septiembre en la Plaza de la Constitución, popularmente conocida como Zócalo capitalino. Es un evento histórico que ha permitido a los mexicanos de a pie en las arengas de la libertad, desahogar o manifestar su estado anímico con el gobernante en turno, frente a la sede del poder Ejecutivo del Estado y de quien lo encabeza, el presidente de México.
No pocas veces ocurrió en los tiempos que le anteceden al actual mandatario, que al momento de las proclamas para reivindicar el espíritu de libertad y orgullo de los mexicanos, alguno de los expresidentes escucharan el rechazo del pueblo y el abandono de la plaza como repudio a sus malos gobiernos. Cosa contraria ocurre con el actual presidente donde no solo acuden propios, por anticipado, muchos, muchísimos extranjeros anuncian a través de las redes su arribo a nuestro país, para vivirlo presencialmente. El contagio de esta celebración auténticamente mexicana y, desde el corazón de la ciudad.
Esta fecha, además de recordar a los mexicanos de todos los estratos sociales la calidad de sus raíces, reivindica el orgullo de ser herederos de una de las culturas prehispánicas más importante de Mesoamérica; contar con héroes de raza indígena, mestiza y criolla en todas las capas sociales. Sin importar los tiempos México en sus entrañas sigue dando vida a su grandeza con hombres de altura como Andrés Manuel López Obrador, quien en un sexenio, el más corto de la época moderna, hizo lo que varios juntos no les alcanzaría para igualarlo.
Este evento en los tiempos del internet y las redes sociales, ha cobrado relevancia inestimada. No sólo se ha convertido en una fiesta de los mexicanos; a ella, año con año se están uniendo gente de otros países, razas y cultura, contagiados por el fervor y calidez patrio que con orgullo enarbolan los mexicanos, mostrándose al mundo sin doblez alguno.
Sin lugar a dudas, este fenómeno en donde las redes sociales juegan un papel importante, se agrega el impulso político y social de los cambios que experimenta nuestro país con el presidente López Obrador, el movimiento de regeneración nacional y con la 4ta. transformación.
Y es que resulta fácil contagiarse del frenesí y hospitalidad que ofrecen los mexicanos a quienes nos visitan; la gastronomía, única para las festividades; el colorido de los trajes de ocasión, la iluminación en la plaza, el mariachi, la música, el folclor, además de la pirotecnia, hacen que a los visitantes se le enchine la piel, le revolucionen los sentimientos ante la nobleza de la celebración, y derramen sus lágrimas.
México durante mucho tiempo fue mal visto desde el extranjero por la imagen distorsionada y dolosa con que se difundía en películas y medios de comunicación, así como, por los gobiernos corruptos y sumisos ante el vecino del norte. Hoy en día, la amplitud y diversidad de medios han ido revirtiendo esta deformación, dando a conocer la verdadera imagen y realidad de México, su riqueza cultural y el valor del régimen actual ante los embates de los gobiernos extranjeros e intervencionistas. ¡Viva México!