UN BUEN TEMA escribir es Carta a Dios. Ya lo dije. Como si fuera la carta de un átomo al cuerpo. Más amplio aún: la carta de un átomo a una sociedad. Y más aún: la carta de un átomo a una inmensidad interminable. Ni cómo comprender la respuesta, si es incomprensible que le llegue. Si es incomprensible imaginar los tantos rostros, más las máscaras.
CUANDO DESTRUYO un hormiguero, cuando destruyo un largo sendero de tierra donde sé que es construcción de termitas, pienso en los terremotos y guerras que acaban con cientos y miles de vidas humanas. Cuando destruyo esos hábitats imagino la destrucción que el ser humano hace en la destrucción de selvas arrasadas por el móvil del dinero, amplias carreteras como monumentos al dios del progreso, estatua divinizada del becerro de oro, satanás del neón, estrella de la lujuria. Pienso en todo eso.
EN LA HISTORIA DE la humanidad otros como yo en otras latitudes de geografía y dimensiones del tiempo se han hecho las mismas preguntas. Y con base a las respuestas se ha creado obra para seguir reflexionando. El poeta captó el instante y lo hizo luz en un poema. El filósofo escribió tratando de encontrar respuestas una enciclopedia inentendible para las masas que no se rebelarán jamás. El historiador es testigo de que se repiten los mismos hechos en búsqueda del poder y la estupidez humana: guerras, intrigas palaciegas, dominio, poder, fortunas, etc.
LEÍ POR ALLÍ alguna vez que la diferencia del poeta y del filósofo, es que uno dice en un poema de unos cuántos versos, lo que el filósofo lo dice en todo un libro. Y me sigo preguntando: ¿y cuando se juntan las dos cualidades del poeta que filosofa o el filósofo que poetiza? No es pregunta al azar parecido a esa chafesa de decir "y si la muerte se enamora de la vida y la vida de la muerte". No. Hay obras literarias bellas que llegan a ese grado de excelsitud, en el que poesía y filosofía se unen. Imagino la obra de Sartre, de Camus, Diderot, Kundera, de Kafka. Quizá por eso son grandes escritores que dejaron a la humanidad grandes obras.
ENTRE LA HORCA y la palabra, podría ser un buen título. Y estoy recordando ahorita en este final de texto al poeta francés Francois Villón, que se dedicó en vida a asaltar y saltar de mujer en mujer, que juzgado por el Estado fue condenado a la horca, y escribió de la mejor obra poética en ese filo de la navaja entre lo legal, lo bello, lo artístico, la sonrisa plena, y el delito. ¿Que esto puede ser cuestionable? Cierto. Dicen que dijo Bertold Brecht, que es mayor delito fundar un banco que asaltarlo. Dicen que dijo.
DEL POETA VILLÓN: "...Ya vendrá el día en que se encuentre seca,/ mustia y ajada vuestra flor fragante./ Y aunque mi risa ahí parezca mueca,/ mi risa en la vejez será triunfante./ Viejo seré, vos fea y con arrugas./¡Bebed ahora que el arroyo es blando!/ Ya se helará, y no pueden las verrugas/ a un pobre socorrer que están matando./ Príncipe del Amor, excelso amante,/ a quien no quiero andar importunando:/ sabed que debe un buen señor, no obstante,/ a un pobre socorrer que están matando..."