He comentado en las recientes entregas los vicios y las virtudes de la educación. Lo que sucede en México y en el mundo. Cargamos el problema de los prejuicios culturales, como también las inercias de la burocracia. ¿Cómo debe de ser la Educación en México?
Para mí la educación es un problema muy sencillo: se necesita un maestro de calidad y con ganas de enseñar, y un alumno de calidad con ganas de aprender. Es todo. El presupuesto, los edificios, etcétera, son la parte complementaria, no la principal. Todo esto es consecuencia del binomio maestro y alumno. El maestro conoce bien su materia y la quiere enseñar, y el alumno se interesa mediante su esfuerzo grande por aprender la materia. Para mí el resto es secundario.
La educación en México es exactamente lo contrario: se pone énfasis en los detalles sin considerar los grandes problemas: que ahora con esta reorganización, ahora con esta reforma, con este nuevo método, etcétera, pero no es así. No es con las ocurrencias de las cúpulas como se va a resolver el problema de la educación. Se trata de encarar el grave problema de contar siempre con un conocedor de su tema y dispuesto a esforzarse para educar, y a un alumno dispuesto a aprender y esforzarse sin límites, como un binomio perfecto. El resto sobra, son cosas secundarias, casi irrelevantes diría yo. Cuando lo se enfoca de manera distinta se está haciendo mal y asegurando el fracaso de la educación en México.
Tu objetivo central y tu forma como enfocas la educación te va dando la manera de investigación para profundizar más. Porque el maestro está involucrado en la educación, aun cuando su clase sea para educación primaria hace la investigación del caso. No es que la investigación no se haga hasta que se hace el doctorado; eso no es así, lo tenemos que hacer incluso desde bebés, porque el propósito del sistema educativo es cultivar el amor a la verdad para facilitar nuestro paso por la vida. Y como hay billones de verdades, hay un campo infinito y eterno para la mente humana. El Modelo Imperial nunca podrá entender a la educación de esta manera.
LOS MAESTROS Y LA VOCACIÓN
Quiero decirle que fui producto de un sistema educativo muy sencillo y sin recursos. Mi familia pagaba la magnífica suma en aquel tiempo de un dólar mensual. Fue el cobro. Habíamos unos 45 en la clase; eran unos 45 dólares al mes por todos. De este monto pequeño, aun en aquellos tiempos, el maestro participaba con una parte, muy pobre dirían muchos, pero era todo un gigante de la educación y estaba decidido ser un gran maestro, su objetivo no era sacar dinero de su clase.
Pero el premio social en Bombay era tremendo como bono social, elevadísimo. El maestro caminaba con la frente en alta, nadie se ponía a jalonear o a mangonear al maestro. Nadie, ni siquiera el principal de la escuela. Los maestros distinguidos estaban en la escuela de por vida. Lloraban cuando nos veían años después. Recuerdo a varios de ellos hoy día como los maestros más magníficos que pude conocer en toda mi vida. ¿Cómo una sociedad tan pobre podía producir tan buenos maestros? En base a la mística educativa. Nos querían como a sus hijos y ahí estaban impulsándonos a ser mejores.
En la universidad era lo mismo. Un poco más de dinero, pero el principio era: baja inversión con alto rendimiento. No había ninguna posibilidad de encontrar grandes cobradores en la educación. Eran personas con un importante conocimiento y con un gran respeto. Pienso que esta educación me permitió a llegar al doctorado en teoría económica en la Universidad de Pennsylvania a los 24 años de edad, primero en mi clase. Sin becas, sin ningún apoyo financiero ni de mi país, ni de la universidad americana ni de Conacyt ni de nadie salvo un poco de mi familia. Trabajé y estudié a la vez, tiempo casi completo los dos. Eso me enseñó qué es la educación, y me consta que en México pocos te quieren escuchar porque todos quieren ir sobre el dinero, no el esfuerzo. (El autor es economista, especialista en planificación, los apuntes de México y su modelo revisan las limitaciones del modelo imperial frente al democrático. Director del Centro de Estudios de Investigación del Sureste. Colaborador de Presente)