¿DÓNDE FALTA INTELIGENCIA?

Aunque la inteligencia artificial ha avanzado a pasos agigantados, hay campos en los que su potencial sigue siendo subutilizado

"La próxima era de la Inteligencia Artificial no será la era de la guerra, sino la era de la compasión profunda, la no violencia y el amor".

Amit Ray

La inteligencia artificial está transformando varias industrias al brindar nuevas soluciones, mejorar la eficiencia y reducir los costos. La inteligencia artificial (IA) engloba un conjunto de sistemas informáticos que pueden realizar trabajos demandantes de habilidades cognitivas, como aprendizaje, resolución de problemas, percepción, toma de decisiones y comprensión del lenguaje. Algunos ejemplos de aplicaciones de IA incluyen asistentes personales virtuales, automóviles autónomos, sistemas de detección de fraudes, reconocimiento de imágenes y voz y diagnóstico y tratamiento médico. La IA es un campo que avanza rápidamente y apunta a revolucionar industrias y aspectos de la vida cotidiana.

Se están invirtiendo cientos de miles de millones de dólares en todo el mundo para la implementación e integración exitosa de la IA en varias industrias, especialmente en Europa y países como China, Estados Unidos, Japón y Corea. Por el contrario, las naciones con menos desarrollo económico y tecnológico permanecen en desventaja debido a la mala gestión de los recursos naturales y humanos, crucial para la transición a las aplicaciones industriales de IA. 

Dentro de la industria alimentaria entran la producción, el procesamiento y la distribución de productos alimenticios. Abarca varios sectores, incluidos la agricultura, la fabricación de alimentos y los servicios de alimentación. Las tecnologías de IA se aplican cada vez más en la industria alimentaria para reducir el desperdicio y garantizar la seguridad alimentaria. Estas tecnologías permiten tareas como el monitoreo de cultivos, el mantenimiento predictivo y la optimización de la cadena de suministro. Además, las herramientas impulsadas por IA ayudan en la inspección de la calidad de los alimentos, la detección de alérgenos y la predicción de la vida útil. Todavía tiene áreas de oportunidad en desafíos como el cumplimiento normativo y la confianza del consumidor con la adopción de IA en la industria alimentaria. Sin embargo, de manera general la IA contribuye al bienestar social al promover la agricultura sostenible, reducir el desperdicio de alimentos y garantizar la disponibilidad de alimentos seguros y nutritivos para los consumidores.

La optimización de la industria alimentaria cobra relevancia en el contexto de una población que crece de manera acelerada. Cada vez hay demanda de un suministro mayor de alimentos, y esto requiere la funcionalidad sistémica en las industrias alimentarias. Las tecnologías de IA también ayudan a aumentar la conciencia entre la población con respecto al conocimiento de los alimentos, las propiedades de los alimentos, la comercialización y los procesos de producción para una mayor aceptabilidad. 

Incluso labores que uno creería exclusivas de un humano, como la clasificación de sensaciones y atributos sensoriales basados en sabores, olores y colores, se han hecho más sencillas mediante el modelado de IA. Los sistemas sensoriales se basan en los efectos combinados de la lengua y los sistemas visionarios para computadoras de pensamiento controlado, tecnologías de escaneo y espectroscopia infrarroja, entre otras tecnologías directamente vinculadas con aplicaciones de IA. Estas herramientas sensoriales digitales permiten realizar análisis basados en olores, colores, formas y tamaños de los alimentos. 

La IA en las industrias ha cambiado radicalmente los mercados y los patrones de consumo a lo largo de los años. Varias industrias se han transformado, incluida la industria alimentaria, la industria de la salud, la industria farmacéutica, las ciencias de la vida, la automotriz, la textil, la cosmética, la manufactura y las industrias del entretenimiento. Estas tecnologías de IA conectan conceptos prácticos de biología, robótica, tecnología de la información, informática, sistemas inteligentes, modelado matemático y otros paradigmas científicos de la vida moderna.

La IA es el combustible de las industrias modernas. Elimina los errores, prejuicios, sesgos y cálculos erróneos propensos a los humanos que podrían evitar la toma de decisiones correcta y el resultado productivo para el bien mayor de la sociedad. Y cada vez cobrará mayor protagonismo, parece ser que para bien. Todo apunta a que logrará menores costos de mantenimiento, menor intensidad de mano de obra, mejor gestión de residuos y crecimiento y desarrollo industrial sostenible.

La IA es una manifestación casi final de la tecnología: aplica el conocimiento que la humanidad ha producido y seguirá produciendo para facilitar la vida. En la industria ya tiene aplicaciones en tiempo real, como el manejo de datos, la fabricación y la producción. Y en la vida cotidiana cada vez hay más destellos de ella, basta con ver un celular. No obstante, hay que estar muy pendientes de cómo evolucionan las aplicaciones de la IA, puesto que no deja de ser una innovación de mucho alcance que necesitará regulaciones. El valor de la IA está en su capacidad de procesar la información y, por tanto, de optimizar respuestas. Mientras se use de ese modo, será una herramienta bien empuñada. 

jorgequirozcasanova@gmail.com