La donación y las transfusiones de sangre ayudan a salvar millones de vidas. El donador altruista comparte su sangre para uso curativo de quien lo requiera, sin beneficiar a alguien en particular, motivado solo por humanismo y solidaridad sin esperar algún pago a cambio, no por obligación ni solicitud del hospital, familiares o amigos del paciente. La sangre es esencial para los sistemas de salud, se requiere de ella para salvar vidas o ayudar en la recuperación de los pacientes, también para avanzar en investigaciones clínicas y biomédicas que contribuyen al éxito de procedimientos terapéuticos y quirúrgicos innovadores.
Cada año se practican en el mundo casi 250 millones de cirugías que requieren transfusiones. Toda la sangre donada pasa por un análisis riguroso para asegurar que está libre de enfermedades, parásitos y patógenos. Los enfermos que más requieren las transfusiones son aquellos que padecen algún cáncer, mujeres con hemorragias durante el embarazo y parto, personas en cirugías complejas o que sufren accidentes. En países con altos niveles de pobreza, como el nuestro, la sangre es muy escasa; y más de la mitad de todas las transfusiones sanguíneas se realizan a menores de 5 años enfermos, en tratamiento o cirugía.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, anualmente se donan cerca de 120 millones de unidades de sangre. De ellas, el 40% se recoge en países de ingresos altos, donde vive solo el 15% de la población mundial. La tasa de donación por cada 1000 personas es de apenas 5 en países de bajos ingresos y 35 en los países desarrollados. En Alemania y Francia son tan solidarios y generosos que periódicamente se recogen miles de unidades con la participación masiva de jóvenes y universidades. La sangre tipo O-, A-, B- y AB- son las más raras en todo el mundo, la O+ es más frecuente en América, la A+ en Oceanía y la B+ en Asia al igual que la AB+. La sangre O+ es aún más habitual en Sudamérica. La presencia de sangre A+ posee mayor diversidad en Europa, África y Asia, donde se destaca Armenia.
Por lo general, los paciente reciben sangre de su mismo grupo sanguíneo; sin embargo, las personas del grupo O- pueden donar sangre a cualquiera, son "donantes universales"; del mismo modo, los AB+ se denominan "receptores universales". Alemania y Dinamarca presentan la mayor tasa de donación de sangre, y se aprecia que en casi toda Europa existe una gran cultura de donación, mientras que en África y Asia se dan las estadísticas más bajas. Pero sorprende que en economías importantes como India y España figuren los menos donadores. En Latinoamérica, los más altruistas son Nicaragua, Cuba, Colombia, Costa Rica y Brasil, con tazas mayores a 60%. En contraparte, un México avaro y rezagado con apenas un 7%! Según la Secretaría de Salud, Tabasco con solo el 1.5%, entre las entidades con la peor cultura de donación! Los más generosos están en Oaxaca, Chihuahua, Colima, San Luis Potosí y Durango.
La donación de sangre es segura y en un tiempo promedio de media hora. Quienes cumplen los requisitos, podrían donar cada 2 meses, pero hay un tope entre 3 y 4 veces al año. Ahora, la sangre es un tejido que se regenera y los beneficios son enormes, con una unidad de solo 450 mililitros de sangre se pueden salvar hasta 3 vidas. Además, mejora la vida del propio donante, ya que la donación aumenta su esperanza de vida, le reduce riesgos cardiovasculares y mejora sus condiciones ante enfermedades graves. Sin embargo, aún existe resistencia a este gesto solidario, motivada por la falta de información, el miedo, los mitos y hasta el fanatismo religioso.
Falsas creencias incluyen mitos de que no se puede donar sangre si se ha tomando medicamentos o padecido hepatitis, si se fuma o se está menstruando, si se tienen tatuajes o piercings. Mientras, los enfermos siguen librando una lucha que no solo está en el quirófano, entre la vida y la muerte; sino también allá afuera, entre el conocimiento y la ignorancia de todos los que estamos sanos.
(drulin@datametrika.com/Investigador Titular, UJAT/Director General, Datametrika Co.)