ESCRIBIÓ DIEZ RENGLONES. Y luego, sin anestesia, con bisturí cortó y separó cada cinco palabras. Le quedó un texto de 25 agrupaciones de palabras, una en cada renglón. Y se dijo: "qué bello poema he escrito".
LO LLEVÓ A LA REUNIÓN de amigos, y lo leyó mientras comían hamburguesa. "Muy bonito", dijo uno. "Muy lindo", dijo otro. "Qué belleza", dijo otro más. "Eres el poeta del grupo", concluyó el líder de la manada. Y brindaron.
LUEGO SE DISPERSARON. "Te diré en confianza", dijo uno de ellos que acostumbraba llevar un libro bajo el brazo. "¿Qué?", le monosilabó el que le acompañaba. "Ese texto que leyó no lleva rima, no es poema". "Explícame, para entender". Y le dijo que la rima es lo que coincide en la sílaba final. Por ejemplo banana con mañana. Prima con arrima. Y Gabilondo con orondo. "Ah, ya entendi", le dijo el que no llevaba libro bajo el brazo.
AMBOS SE FUERON CAMINANDO y con la idea de escribir un poema cada día. Ya tenían las claves: cortar a medio o tercio del renglón más las rimas. Sus textos los llevarían a las reuniones semanales en las que comían hamburguesas o hot dogs. Y se los leerían. Y por qué no, podían formar un club literario. "Eso me parece bien", dijo uno. "Correctísimo", dijo el otro.
AÚN NO HABÍAN DEFINIDO sobre qué, seguros que hay temas en la poesía que sí y que no. A la siguiente mañana se hablaron por teléfono. "Oye, y sobre los temas a escribir, juguemos. Yo digo una palabra y tú me respondes sí, o no, para saber qué temas debo y puedo escribir para mis poemas". "Muy bien", le respondió el otro. "Perro", "sí". "Puta", "no". "Mariposa", "sí". "Mota", "no". Pajarito", "sí". "Mocos", "no. Y así se pasaron buen rato haciendo la lista de lo que sí y lo que no se debe escribir en poesía.
"OYE, ME INVITARON a publicar en una antología de poesía". "Oye qué bien, felicidades". "Fíjate que estoy muy contento, al fin se me va hacer un sueño, el de ser poeta publicado". "Sí, hay mucho poetas inéditos". Sí y también " analfametafóricos", le respondió el otro. "Ay, pobrecitos". "Pero me decías de la antología". "Sí, es una antología de poetas del mundo". "Oh, qué bien. Serás poeta internacional". "Sí, mis letras y rimas serán conocidas en todo el mundo". "Qué maravilla", expresó, mientras se sirvió un café y se sentó en una silla. Y escribió cinco poemas. Ya tenía lista la lista de temas: Amor (qué dolor), muerte (qué fuerte), mujer (joder), amistad (por caridad), Alegría (sonría), etc.
"SIEMPRE ACUDE A LAS FUENTES". Y fue a un parque, el de la fuente seca de inspiración. Allí estaba frente a una fuente apagada. Luego se fue a una fuente encendida. Y no notó la diferencia. Porque intentó escribir. Y escribió, no un poema, sino una especie de ensayo al que tituló "La maravilla de ser poeta"; un texto breve sobre el encanto maravilloso de ser poeta en una sociedad independientemente que sea lectora o no. Lo escribió mientras miraba a los pajaritos beber en la fuente del chorrito que se hacía grandote y chiquito.
"LAS FUENTES NO SON ESAS, aunque sí son", le aclaró el amigo que siempre llevaba un libro bajo el brazo a quien no lo llevaba. "Me refiero a que leas a poetas que han escrito muy bien en otros tiempos, cuyos textos vienen en los libros de primaria y sus libros los venden en las ferias". "Ah, ya entendí, dijo sin entender realmente". "Dame un ejemplo para mayor comprensión": "Mira busca a Borges, a Poe y a Bécquer". "Ah, ya", le respondió el otro. Y fue a esas fuentes, no a Carlos fuentes. Y se encontró por ejemplo a Bécquer: "Poesía eres tú". Y se dijo a sí mismo: "poesía soy yo. Ah, sí le entiendo bien". Borges: "No sé lo que es poesía cuando me lo preguntan". "Ah, me da risa esa respuesta. Ya podré decir: "yo solo sé que nada sé de poesía". Y me aplaudirán. "Sí". Y leyó el "cuento", que realmente es poema, de Poe. "Este no es poema", pontificó.
YO: "LA POESÍA QUIZÁ se alegra que todos escriban poemas. A algunos les acompaña y a otros no. Pero lo importante es escribir. Se lea o no. Es un decir en sintonía con el presente texto. Ya en serio, sí es importante leer, leer mucho, y sorprenderse mucho ante las maravillas grandes y pequeñas de la vida. Leer a poetas y narradores. Y mover el pie en las sílabas tónicas de las palabras, y en la sílaba de peso en los versos. Lean el poema propio como si fuera de otro, y den opinión para destrozarlo imaginando que es de un compañero del taller, pero es el propio. Lo importante es vivir una vida poética, aunque no se escriban poemas. Y si es inevitable, entonces escribir, sean poemas o no".
"LES CONTARÉ UN SECRETO: no leemos y escribimos poesía porque es bonita. Leemos y escribimos poesía porque pertenecemos a la raza humana; y la raza humana está llena de pasión. La medicina, el derecho, el comercio, la ingeniería... son carreras nobles y necesarias para dignificar la vida humana. Pero la poesía, la belleza, el romanticismo, el amor son cosas que nos mantienen vivos". *El Club De Los Poetas Muertos*
PARA TERMINAR: La maestra le preguntó al niño sobre qué es poesía. El niño empezó a disertar: "la poesía llega a casa. La poesía toca la pueta. La poesía rompe la pueta y entra a casa. La poesía busca doga y la encuenta en el cuato de mi pimo. La poesía se lleva peso a mi pimo..." La maestra en este punto lo interrumpe, y le dice en voz sonora: "No niño, ¡me refiero al poema!". Y el niño dice: "ah, el poema es sacar a mi pimo de la cácel".