Resulta que un una llave quebrada dentro del candado para la entrada de un vehículo que transporta a un discapacitado hizo que en una populosa colonia de esta ciudad afloraran las frustraciones: un vecino hace menos de veinte años descargó materiales de construcción y le pidieron que no fuera dejarlos a la entrada, ahora pide que ningún vehículo entre al andador. Guardaba en su mente estos resentimientos. Otro, por un diferencia de dos niños que ya son adultos y tienen sus familias, una de ellas increíblemente no ha superado la discrepancia que se dio con la madre del otro.
Uno más, trata de disuadir sus culpas por la muerte de un familiar -dijo- que tardaron en quitar el candado de la entrada y el médico que estaba a escasos veinte metros, que bien pudo caminarlos, no pudo asistir a su familiar, ya que había sufrido una convulsión u otra razón. Ahora pide se ponga una banqueta a la entrada del andador, sugerencia contradictoria y en contra de quien está siendo perjudicado por el candado atorado. Pregunto ¿fue intencional lo de la llave?
Es evidente que todos los ciudadanos deben enfrenta problemas a diarios; sin embargo, al encararlos ante personas egoístas, frustradas y con resentimientos, estos se dimensionan y frustran el buen entendimiento. El hecho que nos lleva a la reflexión no solo es un asunto común; resulta que en este problema se están trastocando los derechos de discapacitados y personas de la tercera edad, porque en ello se anteponen algunos sentimientos negativos, mismos que se han venido guardando por años y, ahora salen a relucir ante un asunto que bien puede resolverse con un poquito de sentido común.
Uno más, una persona de la tercera edad apoyándose en su andadera pidió que no se ponga banqueta por que para ella representa un problema, sorpresivamente su hija la contradice. Yo me pregunto ¿estará pensando en su madre o lo hará en la herencia? La mente es un potencial bien del ser humano, lo puede elevar sobre su propia ignorancia, o hacerlo un perverso y vulgar pillo.
Si ya de por si las personas con discapacidad y de la tercera edad enfrentan problemas cotidianos que les impiden llevar una vida normal y digna, hay que sumarles las dificultades para la accesibilidad en su entorno, la falta de tecnología para acceder a ciertos servicios, la escasez de políticas que no alcanzan cubrir sus necesidades. Si a ello le agregamos todavía los prejuicios y actitudes negativas de sus vecinos, entonces estaremos untándole chile a la herida, e impidiendo el desarrollo de estas personas y acceso al pleno goce de sus derechos humanos.
En verdad hago este ejercicio, esperando de que los habitantes de esta populosa colonia de la ciudad –y de toda la ciudad y los poblados- , hagan un esfuerzo por reflexionar, quiten las telarañas de su mente, porque el rencor, el resentimiento y el egoísmo no le hace bien a nadie. Se daña más quien los cultiva, muchas veces estamos tan sensibles que no nos damos cuenta de que una mente manipuladora puede llevarnos por senderos que no estaban en nuestros propósitos, si ya lo ha hecho removiendo cosa que bien pudieran estar en el olvido, ¿se imaginan hasta donde puede llevarlos?