Dicen que para ser, hay que parecer.
Hay quienes queriendo parecer honestos no lo son tanto como lo proclaman. O al menos hay actos que distan mucho de esa realidad que vanaglorian de su ronco pecho.
Cítese un ejemplo: el del flamante dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas cuyo actuar en el escenario político nacional, en las últimas semanas ha sido trending topic merced a la campañita que le fue orquestada por su paisana Layda Sansores Sanromán.
La gobernadora morenista ha difundido audios en los que salen a relucir presuntos hechos de carácter delictuosos en los que pudo haber incurrido el famoso “Alito”, como es comúnmente conocido el jerarca del partido tricolor que, a la postre es también diputado federal.
Dichos audios ya han propiciado, inclusive, fuerte tensión entre miembros prominentes del tricolor, a grado tal que en una reunión entre éstos y el citado ex gobernador de Campeche --según trascendió-- le fue solicitada o sugerida por algunos su renuncia a la dirigencia nacional de ese partido.
Por su parte, este último, quien inició una gira de trabajo en Ginebra, Suiza, ha venido señalando insistentemente que se trata de una persecución política para tratar de dividir a la oposición; lo anterior por el hecho de que en los últimos tiempos los líderes del PAN, PRD y PRI han venido caminando de común acuerdo con miras a lograr en la participación que tendrán los partidos políticos en la próxima campaña presidencial que los morenistas no sigan teniendo las riendas del gobierno federal.
Así están las cosas. Pero en todo esto, sin pretender defender lo indefendible, --a final de cuentas el propio “Alito” sabe cómo defenderse--, dado lo sistemático que ha sido dar a conocer esos audios ante la opinión pública de manera ilegal, sacándole “trapitos al sol” del dirigente nacional del PRI, al relacionar lo acontecido en el Congreso de la Unión al no ser aprobada la Ley de Reforma Energética por resistencias del bloque legislativo PAN, PRD y PRI y, la filtración en el fin de semana de presuntas carpetas de investigación que estarían por fincarle responsabilidades al ex gobernador campechano, deja entrever que sí podría tratarse de una persecución política.
Aunque hay quienes creen que parece que no es así, esto podría quedar en claro si finalmente las autoridades logran demostrar que en efecto, Alejandro Moreno Cárdenas --como prácticamente deja entrever y afirma Layda Sansores-- incurrió en hechos presuntivamente delictuosos.
Pero entonces, si como con frecuencia se dice que el gobierno actual no es más de lo mismo, que no se actúa por venganzas y que no se trata de una persecución política, sería muy saludable que las autoridades correspondientes hicieran su labor de forma correcta, de tal suerte que puedan soportar el cuestionamiento legal que evidentemente habrá por parte de la defensa de Alejandro Moreno.
Ahora, algo que también por salud la sociedad mexicana quisiera ver es que el propio Alejandro Moreno Cárdenas, aporte las pruebas legales correspondientes que con toda nitidez demuestren sin lugar a dudas que los hechos en los que presuntamente participó no son ciertos y que como él afirma se trata de una persecución política.
En todo este escenario, lo más seguro es que “Alito” (quien, por cierto, ayer domingo arribó a la CdMx procedente de Francia) debe estar ponderando el hecho de que si ante los últimas derrotas electorales que ha sufrido el PRI, se ha buscado oxigeno a través de una alianzas como con el PAN y PRD, un descalabro más llevaría al tricolor a la tumba definitiva.
Pero hay quienes afirman que no puede soslayarse que aún cuando muchas veces se ha anunciado hasta el acta de defunción del PRI, éste ha logrado sortear turbulencias y fuertes tempestades al grado de que sigue vivito y coleando e inclusive hasta otras organizaciones partidistas –Morena, por ejemplo-- siguen nutriéndose de esa gran cantera de políticos que han militado en las filas tricolor. (altar_mayor@yahoo.com.mx)