*Legalidad selectiva y ataques políticos, intereses de grupo contra mirada comunitaria
EL HISTORIADOR y crítico de la 4T, Enrique Krauze, escribió: "Las provocaciones de AMLO pueden hacer que maten a sus opositores". (The Washington Post, 11/04/2023) Sin demora, llegó la respuesta del Presidente López Obrador: "¿Quién los va a asesinar, si nosotros siempre hemos luchado de manera pacífica?" (12/04/2023).
El intercambio muestra lo caldeada que está la opinión pública en México, que ya cuenta con la participación estelar del Poder Ejecutivo. Veamos, a partir de tres enfoques (ideológico, político, ciudadano) y con apoyo de la historia, la función que la opinión pública desempeñó y puede desempeñar. Entre Fuente Ovejuna (responsables todos) y La Celestina (alcahuetes pocos), la opinión pública requiere análisis profundo, para orientarla hacia su misión ética: procurar el bien común sin disfrazar la parte por el todo.
MODELO CADUCADO
MÉXICO ha sido un modelo deficiente de opinión pública. Con excepción de la época de la Reforma (1857-1872) y la prensa de la Revolución (1905-1917), procesar decisiones en la sombra disminuyó el vigor de la opinión pública: su importancia como factor democrático.
Algunos historiadores juzgan que el cabildeo tras bambalinas es virtud (no defecto) del sistema político. Podría serlo, si la Constitución no definiera al país como república democrática, representativa y federal. Como instrumento de un esquema vertical de poder, y como desahogo de presiones vía acuerdos entre élites, la negociación en lo oscuro definió la vida pública de México. En este sentido, la opinión pública no ha sido influencia positiva en la toma de decisiones.
LEGALIDAD MARTILLO
LOS CRISTALES ideológicos de la opinión pública se sustentan en discursos de legalidad martillo: se golpea al adversario con la invocación de leyes (que luego se atropellan). Se trata de una porción de discurso jurídico que se convierte en realidad ideal. Quienes padecen la "legalidad martillo", pasan a una crítica destemplada del Estado. Los cristales ideológicos de la ley ocultan la necesidad de modificar de raíz el estado de derecho.
Hay problemas graves de aplicación de la ley en México. Sin embargo, no debería manejarse discurso legalista en sentido selectivo, a partir de las lagunas jurídicas que a un grupo/élite le interesa resaltar. Así lleva agua al molino de sus intereses, no al molino de la ley.
El anhelo de justicia a través de la aplicación igualitaria del derecho, lamentablemente, se convierte en ideología por las diferencias sociales existentes. La ideología clasista, de este modo, se manifiesta con poder persuasivo en el discurso legalista de hoy: México visto como república bananera, que no podrá superar taras jurídicas.
POLÍTICA COMO SESGO
LOS LENTES políticos toman la parte por el todo. ¿Cómo? En la forma de intereses particulares que se visten de interés comunitario.
Los lentes políticos pueden ser válidos en la medida que recuperen problemáticas reales y representativas de la sociedad. Lo que no parece válido, en cambio, es situar como interés común un asunto sectorial o privado, como el hecho de que el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa/1998) con cuentas privadas estratosféricas se convirtiera en deuda pública. La opinión pública debería desmontar esos engaños discursivos. El país lo necesita.
CIUDADANÍA Y PROBLEMAS COMPARTIDOS
LOS TELESCOPIOS ciudadanos -mirada comunitaria- apuntan al mediano y largo plazo. Es decir: ubicado un problema en territorio nacional, pertenece a todos los individuos/interlocutores al momento de plantear soluciones posibles. El telescopio ciudadano perfila así la noción de responsabilidad social, mientras que los cristales políticos y las gafas ideológicas eluden la responsabilidad al trasladarla hacia los adversarios que participan en la vida pública. Patear el bote hacia el otro lado ideológico y político, para que mi lado quede limpio. Esta visión irresponsable es la que produjo, por ejemplo, el hartazgo ciudadano de 1988, 2006 y 2018, con repercusiones electorales históricas.
Los telescopios ciudadanos requieren información para la toma de decisiones y la correcta perspectiva de los problemas en su marco social. Ahí está la labor de los medios y las redes/plataformas de información virtual. Los telescopios ciudadanos son alimentados por el periodismo de corte independiente que trasciende –sin negar- un interés político.
Grupúsculos, sensacionalismo, fake news. Este cóctel de distorsiones produce tiempos convulsos para la opinión pública y forma parte del funcionamiento de la política y los medios, ´contaminando´ los intereses sociales que ahí se cruzan. Forcejeo inevitable, que se quisiera sin golpes bajos. ¿Qué hará la 4T para potencializar los telescopios ciudadanos? El anuncio de la desaparición de Notimex, con todo y su historia gris, es preocupante.