Con las lluvias, la reproducción de mosquitos se vuelve favorable. El dengue es una enfermedad viral transmitida por la picadura de la hembra del mosquito africano Aedes aegypti, propagado por todo el mundo con la colonización en los siglos XVI al XVIII. En América, sólo Canadá, Chile y Uruguay están libres.
El virus es un icosaedro de 50 nm, del género Flavivirus y familia Flaviviridae, con cuatro serotipos. Infecciones seguidas por más de un serotipo aumentan el riesgo de gravedad y muerte. El dengue acompaña a la humanidad desde hace siglos.
El registro más antiguo está en una enciclopedia china de la Dinastía Jin, 265-420 d.C. Lo llamaban "agua venenosa", ya que pensaban que se relacionaba con insectos acuáticos voladores. Los primeros brotes en América ocurrieron en el siglo XVII en el Caribe, aunque los reportes clínicos formales refieren a 1780 en Filadelfia, Estados Unidos. A inicios del siglo XX las epidemias en Florida y Nueva Orleans, y en los años 80 los brotes masivos de dengue hemorrágico en Cuba y Venezuela.
Más de 120 países registran casos y se estiman 400 millones de contagios cada año, si bien más del 70% son leves. No hay tratamiento específico y los esfuerzos actuales solo han fructificado en una vacuna emergente para niños con resultados exitosos pero parciales. La prevención y la detección temprana en casos graves y la atención médica reduce su letalidad a casi cero, pero el dengue grave o hemorrágico sin tratamiento puede causar la muerte hasta en el 50% de los casos en condiciones críticas.
A mediados del siglo pasado, este mosquito había sido casi erradicado desde Centroamérica hasta el Cono Sur, pero a partir de 1980 se reintrodujo al continente gracias a la alta movilidad global, masiva y veloz, de personas, animales, materia prima y productos desde zonas infectadas con sistemas de control sanitario reducidos o nulos. La incidencia del dengue aumenta enormemente y representa un serio problema de la salud pública mundial.
En la última década se han multiplicado por 8 los contagios y cuatriplicado los decesos. En 2019, nuestro continente registró más de 3.1 millones de contagios, casi 30 mil graves y más de 1,500 muertes. En México, la Secretaria de Salud acaba de reportar 7,640 casos, más del doble que en la misma fecha de 2021. La mayoría leves o asintomáticos, pero tristemente se reportan ya 14 decesos.
Tabasco sorprende con 710 contagios, 10 veces más que en 2021, y alarma el primer deceso. Esto supone una alta probabilidad de números grandes en contagios, casos graves y hasta decesos acumulados para fin de año, debido al riesgo latente de más lluvias e inundaciones. Recurrentemente como en las últimas décadas, y con decenas de muertes en 2019 y 2020, Tabasco volvería a ocupar los primeros lugares en contagios y decesos junto a Jalisco, Guerrero, Veracruz y Chiapas.
Los mosquitos necesitan depositar sus huevecillos en la pared de recipientes vacíos como botellas, tinacos, latas, floreros y llantas; estos huevecillos pueden durar hasta un año en un ambiente seco y con cualquier lluvia o humedad surgen las larvas. Todo el Sureste es zona de riesgo de dengue, sobre todo las zonas urbanas y suburbanas con gran hacinamiento, mal manejo de basura y residuos, con escasa infraestructura de agua potable y alcantarillado, poca cultura de aseo y limpieza en hogares, jardines y depósitos de agua; así como áreas verdes, canales, lagunas y vía pública saturados de plásticos y cacharros.
Las campañas de descacharrización, fumigación o limpieza se ven rebasadas, pues la mancha urbana crece con desorden y el personal, los recursos y presupuestos son limitados. Debemos reflexionar, actuar y prevenir, manteniendo limpio y a salvo nuestra casa, patios, jardines y terrenos. Colaboremos con la comunidad ayudando a mantener limpios los caminos y calles, el drenaje y alcantarillas, los canales y desagües. Muy poco se puede ganar solo con plegarias y nada se logra con la desidia o la apatía.
( drulin@datametrika.com , Investigador Titular, UJAT, Director General, Datametrika Co.)