Con los foros de Parlamento Abierto sobre la Reforma Eléctrica se abrió un gran debate nacional, inédito, porque trasciende el espacio legislativo e involucra a los ciudadanos en una discusión a la que comúnmente no tienen acceso. Hoy, en todos los rincones del país, hay además asambleas informativas promovidas por los legisladores de la fracción parlamentaria de Morena.
Este ejercicio de democracia participativa en torno a uno de los grandes temas nacionales y estratégicos como es el sector eléctrico, ha tenido resonancia en nuestro vecino país del norte. A eso obedece la reciente visita a México de Jennifer Granholm, secretaria de Energía de Estados Unidos.
Los esfuerzos realizados desde la Cámara de Diputados para socializar con el pueblo la que es considerada la reforma de mayor calado de la Cuarta Transformación, contienen gran relevancia. Encontrar coincidencias en medio de las diferencias, representa un ejercicio crucial para construir consensos por el bien de México.
Ejemplo del diálogo constructivo son las posturas en el foro de Parlamento Abierto en el que coincidieron el director general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett Díaz, y el presidente de la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (CONCAMIN), José Abugaber Andonie.
A pesar de sus visiones contrastantes sobre las sociedades de autoabasto, la CONCAMIN se dijo dispuesta a construir y trabajar de la mano con CFE en beneficio de todos los mexicanos. En reciprocidad, la CFE reafirmó su postura a favor del desarrollo de México, lo que incluye a los empresarios, para que tengan la electricidad que necesitan para ser competitivos y continúen generando empleos.
Esta es la unidad que necesita México en estos momentos, particularmente en un contexto en el que EUA –vía, comunicado de su Secretaría de Energía– ha expresado “preocupaciones” sobre el potencial negativo que la Reforma Eléctrica mexicana tendría sobre la inversión estadounidense en el sector, a lo que se sumaron misivas del Senado norteamericano, exigiendo a la administración Biden-Harris una actuación más enérgica sobre los cambios constitucionales que se promueven en nuestro país.
Aunque respetamos esas posturas, no las compartimos. Los mexicanos, todos, sin excepción, debemos entender y defender nuestra libre autodeterminación como Nación soberana.
EL DATO. Los inversionistas extranjeros alegan inversiones por 44 mil millones de dólares en el sector eléctrico mexicano. Sin embargo, el 75% de ellas, esto es, 33 mil millones, fueron fondeadas con dinero de la banca mexicana y las afores.
Lo anterior significa que los generadores privados foráneos han traído a México un capital de sólo 11 mil millones de dólares. A cambio, han duplicado sus ganancias a 22 mil millones de dólares, y como colofón, quieren apropiarse del mercado eléctrico nacional y la CFE que en conjunto valen 685 mil millones de dólares.
Ese es el trasfondo de las preocupaciones. Por ello, es vital que todas las voces que participen en este gran debate nacional se sumen en torno a la defensa de los intereses de México y su seguridad energética. (Diputado Federal, Presidente de la Comisión de Energía de la LXV Legislatura de la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión
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