El dirigente estatal del PRI, Dagoberto Lara Sedas, vive tiempo extra al frente tricolor. Su periodo estatutario de cuatro años ya feneció a principios de este mes. No se aferra a seguir, pero está esperando la orden de líder nacional para dejar el puesto.
Se irá sin haber cumplido la tarea de elegir a los candidatos a gobernador, diputados locales y alcaldes. De hecho será la primera vez que el tricolor no irá con candidato propio a la gubernatura, y aunque todo parece indicar que respaldarán a la priista Lorena Beaurregard, esta contenderá con las siglas del PAN, que no es lo mismo. Esto se definirá mañana, según Lara Sedas.
Él mismo reconoce que su tiempo ya excedió, pero antes de irse tendrá que sacar las candidaturas a diputados federales por los distritos IV y VI, que le corresponden al PRI como parte de la coalición opositora que integra con el PRD y PAN en las elecciones generales del dos de junio.
También deberá definir quién ocupará la segunda fórmula al Senado de la República, pues la primera le corresponderá elegir candidato al PRD.
Lara Sedas enfrentó las elecciones intermedias con más pena que con gloria. En 2021 se fue en blanco. No ganó ni una de las seis diputaciones federales de mayoría. En el plano local, tampoco ganó ni una de las 21 diputaciones de mayoría ni ninguna de las 17 presidencias municipales.
Los que se fueron del PRI, lo acusaron de autoritario, de negarles espacios de participación, de ambicioso y de solo trabajar para sus propios intereses. Él les echó la culpa de haber dejado deudas, entregado malos resultados cuando tuvieron su oportunidad, de saltar como chapulines a otros partidos.
El PRI dejó de ser el partido del poder y sin ese poder es incapaz de ganar elecciones y por primera vez corre el riesgo de que pierda el registro el próximo dos de junio. Ver para creer.