La inocente interrogante.- En cierto momento del proceso electoral inmediato anterior, una estudiante de bachillero de 16 años de edad, preguntó a su padre: “papá que es gobernar bien y con transparencia”. Desde mi punto de vista, la respuesta que recibió estuvo correctamente ilustrada… “Mira hija: gobernar es hacerte cargo y desempeñar de forma eficiente y correcta una determinada responsabilidad pública; es decir, si tuvieras la oportunidad de presidir el municipio en el que vives, administrarás el tesoro municipal, los bienes públicos materiales en su conjunto, conocerás sus límites y disposiciones legales, respetarás y apoyarás a los gobernados, vigilarás que tus subalternos hagan bien su tarea, se apeguen a la normatividad y sigan tu ejemplo como autoridad principal. Que tu gobierno sea de resultados.
La propiedad de los bienes materiales.- Tener claro que los bienes como lápices, computadoras, equipos telefónicos, energía eléctrica, combustible, automóvil en el que te transportarás, el edificio, las mesas, sillas, aire acondicionado, la papelería, la cafetera, etc, etc, no son tuyos, pero que además estás obligada a vigilar que se mantengan bien. Que el personal a tu cargo no es para tu uso, sino exclusivamente para los fines que marca su contrato.
La herramienta de la transparencia y el salario.- Y que todo trato que hagas como autoridad, tendrás que hacerlo con total transparencia, sin pedir cuotas por asignar contratos de obras o por realizar pagos por la elaboración de costosos proyectos. Que lo único que te pertenece es tu salario y demás prestaciones que marca la Ley.
La explicación de padre a hija terminó con cálida sonrisa. Y con la afirmación de la señorita: ¡Creo que estudiaré Derecho papá!.
La cultura de la transparencia personal e institucional.- De acuerdo al documento de Ricardo Cortés Ontiveros publicado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM “la palabra transparencia indica claridad, limpieza, diafanidad, sinónimos que a su vez se refieren a la buena opinión y fama que resulta de los hechos de alguna persona, a la integridad con que procede en los negocios, a la rectitud de intención, a la honra de sus actos”. El autor aplica el término “transparencia” al sector público como la cultura de la honestidad, de la entrega de resultados, de la rectitud de la intención para lograr una buena opinión y fama de la administración pública.
La contracultura o incultura de la transparencia.- En su obra Cortés Ontiveros, señala que la ausencia de cultura de la transparencia proviene de la falta de vocación de los servidores públicos. Que consecuentemente provocan actitudes negativas y la simulación generalizada en procesos institucionales de transparencia, en contrasentido de los programas que buscan establecerla.
La transparencia institucional de Tabasco.- Recientemente se observan avances en las páginas de transparencias de instituciones como en la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Forestal y Pesquero (Sedafop), donde al menos se informa que el sueldo mensual del titular Manuel Fuentes Esperón es de 84 mil, 587 pesos, aunque la sorpresa informativa es el cargo de Víctor Manuel López Cruz, como coordinador de desarrollo de la dependencia con un salario mensual de 61 mil 925 pesos. Las páginas de las secretarías de educación, salud y gobierno, no publican los salarios de sus titulares. Sin duda que hace falta muchísimo en esta área de la administración. Queda como pendiente la capacidad de los gobiernos en contribuir a la cultura de la transparencia, o bien en continuar simulando los procesos.