Contexto mundial en que gobernarán Claudia Sheinbaum y Javier May

China ha venido avanzando en el traspatio de los gringos

Esa palabra, contexto, no me agrada mucho, pues para todo la usan supuestos intelectuales y flamantes doctores en ciencias que pone en evidencia la pobreza de su lenguaje y de su cultura. Pero en este caso permítanme usar esta categoría socioeconómica como sustento de que hoy, más que nunca, la vida social del hombre en el planeta es un todo mundial, una totalidad concreta en que todo está entrelazado: ningún acontecimiento se da de manera aislada, y México y Tabasco no son ajenos al contexto mundial; y todo nos indica que para el próximo año nos tocará vivir una peligrosa recesión económica mundial similar a las del 2000 y al 2008.

El lector de seguro se preguntará el por qué o qué indicadores nos llevan a pensar en pronósticos poco optimistas. Creemos que son varios los indicadores económicos y políticos que coinciden y apuntan hacia una futura recesión económica en el mundo. Históricamente el mundo ya no vive en una hegemonía unipolar donde los Estados Unidos y el dólar regían en el mundo monetario, de las finanzas y del comercio. En nuestros días esa hegemonía unipolar ya no existe; existe hoy un mundo bipolar donde los enemigos de Washington están desechando al dólar, han creado una alianza entre ellos y su propia moneda: el BRICS, nombre tomado de estos aliados Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Y de esos cinco países China, después de Estados, tiene la economía más poderosa del planeta; India, después de Alemania y Japón ocupa el quinto lugar. Y Brasil y Rusia ocupan el décimo y onceavo lugar respectivamente.

Y a diferencia de los Estados Unidos que andan como un Samuray echando espadazos por todo el mundo y derrochando dólares en armamentos para reafirmar su hegemonía, error que les ha granjeado muchos enemigos, los cinco países del BRICS están recurriendo a una estrategia de hacer alianzas comerciales, de inversión y financieras con otros países. Esta oferta de alianzas está resultando atractiva para aquellos países emergentes que quieren sacudirse el dominio y el bloqueo de los Estados Unidos, ven en ello la oportunidad de alejarse de las oscilaciones y vulnerabilidad de la política monetaria de Washington y que temen las sanciones impuestas por ese país imperialista y sus aliados de Occidente vinculados al dólar. De ahí que

China ha venido avanzando en el traspatio de los gringos y ha venido estrechando relaciones comerciales y de inversión con Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Perú, Venezuela, muy estrechas con Nicaragua y El Salvador, y hasta con el mismo México. Desde luego que tiene amplias relaciones comerciales con los Estados Unidos y los países europeos.

Pero la parte más delicada hoy del contexto mundial y que preocupa a todos los analistas económicos es la estratosférica deuda de los Estados Unidos, el país más endeudado del mundo, que asciende hoy a 34 BILLONES de dólares. Algunos especialistas que hemos consultado afirman que este país sobrevive a base de deudas. Otros califican al país del norte como un irresponsable con esa inercia de endeudamiento crónico. Por ello señalan que Estados Unidos viven una "crisis de deuda", una "crisis fiscal": el porcentaje de la deuda respecto al Producto Interno Bruto (PIB) rebasó los 121 por ciento en el 2022. Larry Fink, director de Black Rock, el banco más importante de ese país, señaló que la recesión próxima es de las más predecibles en la historia de ese país y declaró que "esa crisis de deuda está a punto de explotar".

La confianza que podríamos tener en nuestro país es que el presidente Andrés Manuel le dejará a la doctora Claudia unas finanzas sanas, una reserva en lingotes de oro de 120 toneladas; además una gran reserva monetaria en el

Banco Central, Banco de México, que asciende hoy a 213 mil millones de dólares. Esta reserva monetaria jamás la había tenido nuestro país con ningún gobierno anterior. Y cuenta México además con la cartera de créditos más limpia del Fondo Monetario Internacional (FMI). Todo ello le permitirá a Claudia Sheinbaum enfrentar los embates externos que puedan suscitarse el año que viene. ¿Usted qué opina?