Contagios: la realidad y los buenos deseos;aún no estamos en etapa de declive de casos

No hay que confiarse dice Adán Augusto; puede haber más restricciones

EL OPTIMISMO es uno de los instrumentos de gobierno, sin duda. Porque debe inyectar ánimo y confianza a la población. Le comenté en una anterior entrega que casi por obligación las autoridades buscan ser portadoras de buenas noticias; pero sabemos que frente a una pandemia como la que estamos padeciendo, la incertidumbre es la característica. Lo único seguro son o deberían ser las medidas de prevención para evitar los contagios o para atender a los enfermos cuando ocurra la infección.

Ayer una afirmación del doctor Hugo López Gatell propició debate y confusión, ya que en su cotidiana comparecencia informativa afirmó que de las cinco ciudades, que se habían colocado en el nivel de máximos contagios, cuatro están ya en fase de declive. Citó a Villahermosa, Tabasco; Cancún, Quintana Roo; Culiacán, Sinaloa, e incluso a la Ciudad de México, donde dijo “se ve un patrón descendente” de casos.

La quinta ciudad, que a principios de mayo aparecía en ese listado es Tijuana, Baja California.

Le comento que la afirmación del doctor López Gatell provocó entusiasmo en unos y prudencia en otros. Es cierto que se había previsto “un pico”  (punto máximo de contagios) para la capital del país. Inclusive se dio el 8 de mayo como fecha de que esto sucedería. Pero…hay que ser cautelosos.

EVITAR QUE SE DESBORDE

ESTA cautela, preocupación y ocupación, la manifestó el gobernador Adán Augusto López en una conversación con Emmanuel Sibilla. Dijo que las autoridades estatales se han preparado por si la situación llega a desbordarse en contagios y fallecimientos. Esto en referencia al equipo que se adquiere para protección médica, así como para las pruebas rápidas y otras previsiones.

Inclusive no descartó que se puedan aplicar en la entidad medidas más restrictivas como el programa “Hoy no circula” que tienen los gobiernos de la Ciudad de México, Estado de México, Zacatecas, Hidalgo, Puebla y Tamaulipas.

Como usted sabe, Tabasco fue el primero en ordenar la prohibición de venta de bebidas alcohólicas y también, entre otras, el cierre total de comercios los días 8, 9 y 10 de mayo para disminuir la movilidad de la gente. La experiencia previa del 30 de abril (día del Niño), cuando centenares de personas ignoraron la “sana distancia”, mantiene a los médicos en la expectativa sobre el posible impacto en los contagios. Eso se buscó, y logró, evitar el 10 de mayo. Lo veremos en los reportes de las últimas dos semanas de este mes.

Aunque el pronóstico de los epidemiólogos puede acertar y estemos ojalá –en el caso de Tabasco-, en el “pico de los contagios”, difícilmente puede concluirse que sea la antesala de un “declive” en la epidemia aunque sólo se refiera a Villahermosa. Ayer, por ejemplo, las autoridades sanitarias reportaron un registro de 106 casos positivos para las últimas 24 horas; el 8 de mayo se tuvo el máximo hasta ahora con 124, muy superior a los l19 del 3 de mayo.

Una rápida mirada a las estadísticas nos indica que desde el 19 de abril hasta la fecha, el promedio de casos positivos diarios ha fluctuado entre los 50 y 60. No hay, hasta el momento, evidencia sólida que alimente nuestro optimismo más que mantener una conducta sanitaria de disciplina y orden.

Vuelvo a citar al doctor Luis F. Pérez Maldonado, quien ha estado muy activo en las redes actualizando la información sobre Tabasco. Anunció ayer a sus pacientes en un texto que resulta revelador y útil: “Aún no están dadas las condiciones de seguridad para que reiniciemos las consultas. Se están disparando los casos en Centla, hemos detectado que existen muchos casos de contactos de positivos que no se han reportado a las autoridades sanitarias ni por familiares, ni por los médicos que en su momento se presume que pudieron haberlos tratado, lo cual aumenta la diseminación del virus porque no llevan en su totalidad el aislamiento a pesar de saberse sospechosos de COVID”. Esto es aplicable no sólo para Tabasco sino para todo el país: existen muchos casos subterráneos, no declarados, que son los más riesgosos por su efecto en los contagios.

Recordemos, la dinámica de las infecciones depende no sólo de lo que hagan los trabajadores de la salud y de las medidas de las autoridades, sino de la información y la conducta de la gente. No hay que bajar la guardia porque los rebrotes son letales.

Dijo el gobernador López Hernández: “Nos estamos preparando por si las cosas llegaran a desbordarse, que yo creo que no se va a dar”. Hagamos que no ocurra, más vale excederse en las precauciones.

AL MARGEN

EL PRESIDENTE López Obrador ofreció disculpas a los médicos si sus declaraciones en torno a la mercantilización de la salud se interpretó como un ataque a esta noble (debería serlo) profesión.  Los adversarios “todo lo tergiversan”, señaló y reiteró que reconoce la vocación humanista de los trabajadores de la salud, pero reiteró que –como en todas las actividades- en la etapa neoliberal el lucro fue la motivación y algunos sólo atendían a quien podía pagar.

Por cierto que Tabasco se ubica entre los estados donde mayor número de médicos y trabajadores de la salud han fallecido en sus labores contra el COVID-19. De acuerdo a las estadísticas oficiales la Cdmx está a la cabeza con 33 decesos en este sector, le siguen Tabasco y Edomex con 9 cada uno; Coahuila, Veracruz y Quintana Roo aparecen con 5 muertes. El total de defunciones entre el personal de salud es de 111, casi la mitad del IMSS. Los contagiados en el sector suman 8 mil 544, de acuerdo a los registros. (vmsamano@hotmail.com)