¿Conocimiento es solo saber?, partiremos de una pequeña parte del ensayo “Los niveles de conocimiento”, del especialista Jorge González Sánchez, investigador del Instituto Politécnico Nacional, que señala que éste es un proceso donde el sujeto construye y reconstruye la realidad, pero también supone que dicho proceso no solo transforma esa realidad, la cual es el objeto de estudio, sino también el sujeto cognoscente se ve transformado.
Y señala que no basta conocer qué es la ciencia, la tecnología o el arte, sino cómo se descubre, se crea o se inventa el conocimiento; se debe saber cuáles son los elementos teóricos, metodológicos o epistémicos; o sea, ¿qué es la realidad, cómo se lee o cómo se han construido o reconstruido los diferentes modelos teóricos que la explican y de los que se derivan conocimientos específicos? En un artículo de la revista Mentes en Movimiento, de la Universidad Digital Iberoamericana, se detalla que hoy vivimos en una era donde la información es de lo más importante, aunque debemos preguntarnos de qué manera estamos haciendo uso de ella, y si la tecnología a nuestro alcance está haciendo una diferencia positiva en la vida. Somos conscientes de que nuestro siglo está hiperconectado, sobre todo con la llegada del internet, sin embargo, de ese gran compendio no se está haciendo el análisis, no se está expandiendo el conocimiento, señala el documento.
Podemos definir a la información como la antesala al conocimiento. Sin información, no puede haber conocimiento. Sin embargo, la información puede existir sin depender de lo otro. ¿Cómo es esto? Básicamente, es necesario tomar la información, decodificarla y transformarla en algo más. Transmutar la información implica reflexión, análisis, observación, conjeturas, premisas, hipótesis, conclusiones. Básicamente, podemos moldear la información y convertirla en algo que pueda aplicarse en beneficio de un fin específico.
Bajo estas premisas podemos indicar que nos falta preguntarnos qué pensamos respecto a tal tema. No solo es el sentimiento lo que nos hace sentir (válgase la expresión) tal noticia que intenta llevarnos al terreno de un conocimiento, porque si lo aceptamos estaremos influenciados. Caeremos en un abismo donde el fondo tiene ya algo predeterminado. No dará entonces tiempo de la reflexión ni del análisis. Nos convertiremos en consumidores de conocimiento banal. Dispuestos a acceder a cualquier información.
Está comprobado que el usuario promedio limita su quehacer en sentimientos desfogados y no en un cerebro que está constantemente en expansión.
La era de la saturación de información no se convierte necesariamente en la era del conocimiento, como podríamos imaginar que sucedería.
Existen tantos distractores, tanta información de tanto tipo, que la cultura de lo rápido, de lo fugaz y de lo temporal predomina cada vez más en nuestra sociedad.
Transformar la información en conocimiento implica un estado de duda constante: una investigación de todos los días, y saber que lo que leemos, vemos y escuchamos no es necesariamente una verdad. Necesitamos desconfiar de lo que nos dan. No hay verdad absoluta hasta que uno lo puede comprobar a través del conocimiento.
PARENTESIS
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) anunció la designación de la defensora indígena Obtilia Eugenio Manuel como galardonada con el Premio Nacional de Derechos Humanos 2019. (kundera_w@hotmail.com)