En 1917 el presidente Venustiano Carranza decretó el 15 de mayo para celebrar a los maestros de México, en este día el Papa había ratificado a San Juan Bautista de La Salle como patrono universal de los educadores, y también coincidía con el aniversario de la toma de Querétaro, suceso que marcó la caída del Segundo Imperio Mexicano gobernado por Maximiliano, consolidándose la República. Los diputados Benito Ramírez y Enrique Viesca habían presentado esta iniciativa ante el Congreso para agradecer a los docentes por su labor. Los educadores juegan un papel clave en el camino para alcanzar la universalidad del acceso y la calidad de la educación para un México más competitivo. El maestro es el insumo que más incide en la calidad de la ciudadanía, el desarrollo y nivel de vida de un país. Según el INEGI, en México hay más de 2.1 millones de docentes para casi 35 millones de alumnos inscritos en más de 255 mil escuelas, desde preescolar hasta universidad. Cerca de 2 de cada 3 mentores imparten clases en el nivel básico, el conglomerado más grande; 1 de cada 5 en media superior y 1 de cada 4 en educación superior. Además, casi 30 mil imparten enseñanza especial y alrededor de 130 mil maestros en comunidades indígenas o telesecundarias.
De todos estos docentes, poco más del 80% están formados en Ciencias de la Educación. El resto lo conforman un 15% de graduados en Ciencias Sociales, Administración y Derecho; 3% en Artes y Humanidades, Ingeniería, Manufactura y Construcción, Ciencias Naturales, Exactas y Computación; y menos del 1% en Salud, Agronomía, Veterinaria y Servicios. Destaca que el 70% de maestros en educación primaria son mujeres, mientras que en secundaria representan 2 de cada 3; pero en preescolar la participación femenina es casi total, un 98%. Por otra parte, y respecto a la escolaridad de los profesores en el nivel básico, poco más del 80% tienen licenciatura; cerca del 10% una maestría y apenas poco más del 1% con doctorado; pero sorprende que casi 1 de cada 12 maestros apenas tienen carrera técnica, preparatoria, secundaria o hasta primaria. Y es que según la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación, de los cerca de 1.5 millones de mentores de nivel básico, más de 150 mil no cuentan aún con título o cédula profesional de licenciatura! La mayoría de ellos está en la primaria, con más de 70 mil; unos 50 mil en secundaria y otros 30 mil en preescolar. En 2017, la subsecretaría de Educación Media Superior de la SEP, reconoció que en ese año existían 30 mil maestros sin estudios universitarios, cifra que ascendió a más de 100 mil en 2021. El 9% de los docentes mexicanos de educación básica apenas cuentan estudios máximos de bachillerato, algo inadmisible para un país que busca salir del subdesarrollo.
Con las jornadas laborales más largas que el promedio de los 38 economías más importantes del mundo en la OCDE, la docencia es una profesión desdeñada y menos valorada. De acuerdo con el IMCO, los maestros mexicanos ganan en promedio hasta 25% menos que otros profesionistas. Y aunque es una profesión predominantemente femenina, por cada 100 pesos que gana un profesor, una maestra gana poco mas de 80 pesos. Ahora, a pesar de la violencia e inseguridad evidente dentro y fuera de las aulas; la disciplina relajada y la responsabilidad a medias en gran parte de los hogares; recortes presupuestarios, bajos salarios, plazas y promociones limitadas, infraestructura y equipamiento obsoletos, el magisterio se mantiene estoico sosteniendo un sistema educativo con necesidades y carencias recurrentes por décadas. Sin embargo, este incólume apostolado empieza a ser minado por el poco respeto de las nuevas generaciones, bajo una autoridad educativa cada vez mas rebasada por muchos padres sobreprotectores e irresponsables, junto al abandono y descobijo institucional del maestro, en detrimento de la figura y el prestigio que ellos mismos han construido con mucho esfuerzo a través de la historia y consolidación de nuestra patria. ( drulin@datametrika.com/ Investigador Titular, UJAT/ Director General, Datametrika Co.)