Alrededor del mundo, existen cerca de 60 especies a las que se denomina "orégano". Su cualidad en común radica en sus aceites esenciales ricos en dos sustancias: el carvacrol y el timol. Estos componentes en conjunto le dotan el sabor y olor característicos al orégano; su proporción varía entre tipos de oréganos, y de ahí vienen sus sutiles diferencias. En México se reconoce aproximadamente a 40 plantas como orégano. Algunas de ellas son endémicas o nativas del territorio y se comercializan como "orégano mexicano". Las especies más importantes de orégano mexicano son Lippia graveolens y Poliomintha longiflora, y son diferentes al orégano del pozole. El pozole mexicano tradicionalmente se sazona con Origanum vulgare, originario del Mediterráneo y conocido como orégano común. Por supuesto, también se puede utilizar el orégano mexicano para esta preparación, que tiene un sabor más fuerte y terroso.
Además de su valor gastronómico y cultural, el orégano mexicano se utiliza en la medicina tradicional como antiséptico, antipirético, analgésico y antiinflamatorio, así como coadyuvante en el tratamiento de la diabetes, trastornos gastrointestinales, ginecológicos y respiratorios (Pascual et al., 2001). Además, la evidencia científica muestra que diferentes especies de polifenoles de Lippia exhiben actividad antioxidante e inhibición de enzimas que desdoblan los almidones y triglicéridos.
El orégano mexicano se utiliza en otros ámbitos debido a su actividad antimicrobiana. El embalaje desempeña un papel fundamental en la cadena de distribución de alimentos, ya que mantiene los alimentos a salvo de la contaminación y el deterioro microbiano, reduce el desperdicio de alimentos y garantiza la seguridad e higiene alimentarias. Las innovaciones en el sector del embalaje han llevado al desarrollo de sistemas de envasado de alimentos activos e inteligentes. En este contexto, los biopolímeros como los polisacáridos, las proteínas, etc., que se obtienen a partir de recursos vegetales y animales abundantemente disponibles, están ganando importancia en el desarrollo de películas activas y recubrimientos comestibles para el envasado y la conservación de alimentos. El orégano mexicano es fuente de ellos.
El envasado alimentario antimicrobiano es un sistema que puede matar o inhibir el crecimiento de microorganismos, extendiendo así la vida útil de los alimentos perecederos. Para realizar esta función, el envase debe contener un compuesto con actividad antimicrobiana, en este caso, actividad antifúngica, y debe existir un equilibrio entre la velocidad de liberación controlada del compuesto antifúngico y la cinética de crecimiento microbiano para garantizar una función protectora adecuada durante la vida útil esperada. En el caso del aguacate Hass, el aceite de orégano mexicano se ha utilizado como un antifúngico con resultados promisorios, por ejemplo.
Otras de sus sustancias, sobre todo en el aceite, se emplean para elaborar jabones, perfumes, cosméticos y saborizantes. En los últimos años, se han estudiado los aceites esenciales extraídos de plantas y sus diversas partes para mejorar las propiedades de barrera, ópticas, antimicrobianas y antioxidantes de los sistemas de envasado activo de alimentos basados en biopolímeros. Los aceites esenciales son líquidos concentrados que comprenden compuestos aromáticos y volátiles que se encuentran en las plantas y sus diversas partes, y se utilizan ampliamente en medicina, cosméticos, fragancias, conservación de alimentos y envasado debido a su fuerte capacidad antioxidante y antimicrobiana. Los aceites esenciales extraídos de orégano, tomillo y mostaza mexicanos han mostrado una potente actividad antibacteriana. Se ha descubierto que los aceites esenciales en forma gaseosa ejercen una mayor actividad antimicrobiana contra los patógenos transmitidos por los alimentos y las bacterias que provocan el deterioro que la forma líquida (Devi et al., 2024).
Los terpenoides extraídos de Lippia graveolens Kunth también son las principales sustancias responsables de sus actividades ansiolíticas, sedantes e hipnóticas. Hay estudios que han proporcionado una explicación y una base científicas para el efecto promotor del sueño de esta clase de sustancias (González-Trujano et al. 2017).
El orégano mexicano es un elemento de identidad en el país. Vale la pena reconocer su importancia gastronómica, económica, medicinal y ecológica. Sin embargo, la investigación sobre el orégano mexicano producida en México es escasa. Y de la misma manera, su cosecha en muchas regiones del país es informal. La diversidad y persistencia de distintas especies de orégano mexicano corre peligro por la manera en que se recolecta: directamente de su hábitat natural. Si bien es una fuente de sustento económico para muchas personas, es importante generar programas de cultivo regulado de orégano. Para ello, hay que hacer conciencia sobre el valor de las plantas de México. Entre más conozcamos de ellas, de su singularidad y potencial, más nos preocuparemos por ellas. (jorgequirozcasanova@gmail.com)