(Dedico este trabajo a la memoria de mi tío Armando Cabrera Sibilla, quien nos impartió la asignatura de Física en la Secundaria Benito Juárez, de Emiliano Zapata, Tabasco).
La física moderna se compone de la física clásica, la física cuántica y la teoría de la relatividad.
La física clásica tiene como figuras principales a Galileo y Newton (mecánica gravitacional) y Maxwell (electrodinámica).
La física cuántica comenzó en 1900 con la creación del concepto de "cuanto" por Max Planck. Se aplica al mundo pequeño.
La teoría de la relatividad comenzó a crearse por Einstein en 1905. Se refiere al mundo sideral.
Newton elaboró en la segunda mitad del siglo XVII la teoría de la gravitación universal, que explica los movimientos de los cuerpos celestes y terrestres. Para ello desarrolló una parte de las matemáticas que se conoce como cálculo diferencial e integral.
Es tan precisa su teoría, que gracias a ella fueron predichas las ubicaciones de los planetas Urano y Neptuno antes de ser vistos, y tan sencilla, que es la que se sigue empleando para realizar los viajes espaciales hoy (2024), sin tener que recurrir a la teoría general de la relatividad de Einstein, que es muy complicada en sus cálculos y solo útil para distancias más grandes.
La física cuántica ha crecido mucho y dado lugar a gran parte de la tecnología de nuestra era, desde el rayo láser, hasta los semiconductores, transistores, microprocesadores, nanoprocesadores, superconductores y la fisión nuclear; se refiere a las partículas atómicas y subatómicas. El concepto de "cuanto" denota paquetes de energía del mismo tamaño: un fotón es un cuanto de luz.
La física cuántica o mecánica cuántica requiere para su estudio teorías probabilísticas que nunca ofrecen certeza absoluta, pero ha desarrollado fórmulas matemáticas específicas de manera extraordinaria. Muchas partículas primero se infieren matemáticamente y solo años después se encuentran físicamente (por ejemplo, la existencia de la antimateria fue predicha desde 1928-30). Y no sólo las partículas se deducen matemáticamente, sino también sus características, a las que se asigna denominaciones que parecieran metafóricas (seguramente por nemotecnia —para memorizarlas mejor) como "verdad", "belleza", "encanto", "color", "sabor": lo importante es que este lenguaje sea matemáticamente comprensible (muchos físicos dependen de manera casi exclusiva de las matemáticas para describir la realidad y para ellos el lenguaje verbal es solo un auxiliar pedagógico —que además no saben utilizar).
La teoría especial de la relatividad, de Einstein (1905), propone que la velocidad de la luz en el vacío (la cual ya había sido medida con anterioridad y se había demostrado que es invariable) sea considerada como la velocidad máxima que se puede alcanzar. Afirma que la energía de un cuerpo es igual a su masa por la velocidad de la luz al cuadrado (E=mc²), elaborando así una equivalencia primordial para la física (la masa es energía condensada, comprimida: en una pequeña cantidad de ella está contenida una energía enorme).
Hacia 1915, Einstein empezó a escribir su teoría general de la relatividad para incluir el campo gravitacional. Consideró que la luz (y con ella el espacio y el tiempo) se curva por efecto de la gravedad. También afirmó que, a la velocidad de la luz, el espacio y el tiempo se contraen. La teoría general de la relatividad fue la base para predecir la existencia los púlsares, los cuásares y los agujeros negros; es esencial para la astronomía.( ciprianaurelio-blogspot.com)