SEGUNDA PARTE
EL AUTOR PROPONE REVISAR LA CUESTIÓN DE LA VIOLENCIA CON UN ENFOQUE INTEGRAL EN EL QUE SE ANALICEN UNA SERIE DE FACTORES NO SÓLO LOCALES Y NACIONALES, SINO TAMBIÉN COMO UN RECURSO PARA CREAR UN CLIMA DE ZOZOBRA, ANGUSTIA E INGOBERNABILIDAD. PROPONE NO IGNORAR CÓMO SE ENMARCA EN EL MIODELO NEOLIBERAL DE SOMETIMIENTO A LOS PAÍSES.
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INDIVIDUALISMO CONTRA SOLIDARISMO
Los medios de comunicación juegan un papel incomunicando los países, ciudades y espacios regionales (las sociedades); escondiendo, por ejemplo, que los niveles de violencia y delincuencia de las ciudades canadienses y de Estados Unidos es semejante al de las mexicanas. Y que, según informa la Deutsche Welle, en Alemania están ocurriendo guerras de carteles parecidas a las que ocurren en México y en toda Europa se amenazan y asesinan periodistas (68 en 2024), al mismo ritmo que en nuestro país. El periodista Roberto Saviano vive en permanente escondite por denunciar todo esto más la colusión de las grandes empresas y bancos con este tipo de prácticas en sus libros "Camorra" y "Cero, Cero, Cero". En este último mostró como el dinero del narco subsidió directamente la liquidez del sistema financiero mundial en la crisis de 2008.
La denuncia de este tipo de colusión en Europa y EU (Panamá Papers, Dinero Sucio de Tom Burgis, American Kleptocracy de Casey Michel, etc.) llevó al asesinato de la periodista maltesa Daphne Caruana. Estos estudios junto con la idea de Capitalismo de Vigilancia (Shoshana Zubof) y de Tecnofeudalismo de Varoufakis, nos explican que estamos ya viviendo en otro sistema donde las ganancias no se obtienen vía la mera competencia, productividad, explotación e innovación de empresas legales, sino por estos medios violentos, ilegales o abusivos.
Cabe preguntarse también, por qué Estados Unidos tiene tanto interés en tener en sus propias prisiones a todos los capos cuando su jerarquía comienza a bajar dentro de su organización: quiere castigarlos, o sólo, como fue evidente con el asesino de Omar Torrijos, el general Manuel Antonio Noriega, tenerlos callados. Queda claro, por ejemplo, que el caso de Ayotzinapa no puede resolverse porque habría que explicar cómo era posible que de manera regular y sistemática viajaran camiones de pasajeros con varios kilos de droga en la panza, atravesando no sólo medio México, sino todo Estados Unidos desde El Paso hasta Chicago sin que nunca uno sólo hubiera sido detectado. ¿Tan ineficientes son las autoridades estadounidenses y todos sus cuerpos de seguridad? Por no preguntar cómo es posible que ingrese a México tanto armamento procedente de Estados Unidos: ¿no sería lógico una cuestión de seguridad nacional para EEUU controlar la exportación de armamento tan sofisticado como exhiben los carteles mexicanos?
Es evidente que la violencia que vive el mundo (no sólo México), es un sistema de control y de gobierno trans estatal que se impone directamente sobre las sociedades para cumplir con los mandatos neoliberales de desregulación y la precarización (Isabel Lorey); no pago de impuestos y acumulación demencial de capital sin importar los medios ni la ética.
El gran dilema que vive el mundo y el país ya no es entre comunismo y capitalismo: es entre un individualismo narcisista y psicópata (Trump, Musk, Bezos, Zuckemberg, Gates, Soros, Buffet, la familia Sackler -fentanilo-, Murdoch -Fox news-) y el solidarismo. Es obvio que los gobiernos que optan por lo segundo están siendo presionados por acciones de violencia y Law Fare, como son los casos de México, Guatemala, Honduras y Colombia. (Fin.- *El autor es profesor universitario, investigador y activista.)