Estos calores infernales de Tabasco me recuerdan los calores de Comala a los que se refiere Juan Rulfo en su Pedro Páramo. Nos dice Rulfo que después de un largo andar por caminos solitarios y sinuosos, piensa un hijo de Pedro Páramo: "Después de trastumbar los cerros bajamos cada vez más. Habíamos dejado el aire caliente allá arriba y nos íbamos hundiendo en el puro calor sin aire".
-"Hace calor aquí -dije.
-Sí y esto no es nada -me contestó el otro-. Cálmese. Ya lo sentirá más fuerte cuando lleguemos a Comala. Aquello está sobre las brasas de la tierra, en la mera boca del infierno. Con decirle que muchos de los que así mueren, al llegar al infierno regresan por su cobija". Así le digo a usted lector y a los paisanos que me leen: - Alisten sus cobijas que después de Tabasco, de seguro nos vamos al infierno.
Y esta remembranza sobre el gran Rulfo viene a colación no sólo debido a los terribles calores que han hecho de Tabasco un infierno en estos días sino a las deficiencias que ha evidenciado la Comisión Federal de Electricidad para atender tanta fallas y apagones en el flujo de la energía eléctrica.
Sin ser técnicos, ni ingenieros en este asunto pensamos que desde luego los extremos calores han obligado a los usuarios a usar estos días y durante más tiempo sus aires acondicionados y demás sistemas de refrigeración. Pero además, hoy somos más usuarios: la población de la ciudad de Villahermosa y los negocios se han multiplicado de manera muy vertiginosa en los últimos años y, obviamente, los usuarios de energía eléctrica también se han multiplicado: en el 2010 éramos 640 mil habitantes en la ciudad y hoy somos casi un millón. Este incremento en la población y en los negocios y además las grandes plazas comerciales que han proliferado por toda la ciudad implican necesariamente mayor "consumo de luz".
Es en ese punto que creemos que la CFE está rebasada. A diario se están explotando transformadores por toda la ciudad, a diario colonias y fraccionamientos están sufriendo los apagones. Algunas amistades y vecinos, dentro de su ignorancia junto con la mía, piensan que esos apagones se dan además durante los días de la Feria. No sé si sea cierto. En un caso particular aquí donde resido en la colonia Primero de Mayo, en el área de La Fuente Maya "se ha ido la luz" semana tras semanas y han explotado los transformadores dos veces. Una vez nos quedamos sin luz dos días y medio y la siguiente vez cuatro días. A muchos vecinos se le echaron a perder las cosas de sus refrigeradores, un servidor entre ellos. Algunos tienen la ventaja de irse a vivir con un pariente o amistad. Otros son familias de municipios que no tienen familiares aquí en la ciudad y se vieron obligados a irse a un hotel con el consabido gasto.
Pero el asunto en todo esto, y es lo que más me ha motivado para escribir este artículo es mi indignación y el coraje por la pésima atención del personal que trabaja en la Comisión. Negligencia, abulia, indolencia, apatía y demás sinónimos caracterizan al personal que atendió nuestros reportes y quejas esos días. A mi llamado y petición que le hice a mi amigo Chuy Sibilla, él me hizo el favor de subir mi queja al aire. Por su parte las personas de la CFE nos decían que ya lo había reportado otra persona, que el reporte estaba mal hecho, que tenía equivocado un número o una letra y etcéteras y más etcéteras. Llegó un momento en que pensamos que estas personas se estaban burlando de nosotros, o que simplemente se habían hecho bolas entre ellos mismos. También pensé que la carencia de equipos, de transformadores, de personal ante tanta demanda con los apagones tiene que ver con la deficiencia del servicio. Quiero pensar que, ante la multiplicación de la demanda como ya afirmamos, la capacidad de los transformadores, el número de éstos y de personal quedó rebasado. Sugerimos al gobierno federal que, dentro de su programa de reforma energética, le brinde mayor apoyo a esta empresa paraestatal.
Post Scriptum: En días pasados salió una nota que nos recomienda que, debido a los intensos calores, no debemos llenar al cien por ciento los tanques de gas debido a que ello nos pone en el riesgo de una explosión.