El cambio climático está agravando las sequías, tormentas e inundaciones que sufre el planeta. En julio de 2021 se vivieron las peores inundaciones en décadas en Europa, varios países como Alemania y Bélgica registraron más de 180 muertos y cientos de desaparecidos. Las lluvias récord hicieron que los ríos se desbordaran, devastando la región y provocando que algunos pueblos terminaran totalmente destruidos. Un año después, en este verano pasado, Europa y Estados Unidos registraron temperaturas récord de 40 o más grados. Para ellos, el verano más caluroso en casi 5 décadas.
En contraste, a inicios de 2021 Norteamérica sufrió los embates de una gigantesca tormenta invernal que dejó millones de personas sin electricidad ni calefacción, especialmente en el sur de Estados Unidos donde se registraron casi 30 muertos y más de 13 millones de personas sin agua potable. En México la sequía que sufre el norte. Desde junio de este mismo año fuimos espectadores de la grave crisis de falta de agua en la Zona Metropolitana de Monterrey, debido principalmente a fenómenos climatológicos extremos que desequilibran la temperatura de la superficie del mar en el Pacífico ecuatorial, modificando a nivel global los vientos y precipitaciones. Finalmente las lluvias llegaron en septiembre, pero convertidas ahora en un fenómeno extremo que provocó inundaciones, accidentes viales y puso en riesgo a la población que habita cerca de los escurrimientos, ríos, arroyos y canales de desagüe.
En los últimos años se han multiplicado los episodios meteorológicos extremos y la mitad de los daños humanos y económicos causados en los últimos 50 años están relacionados con el agua y el clima. Solo los desastres hídricos han causado más de 1.3 millones de decesos. Los datos muestran que durante el último medio siglo, los riesgos meteorológicos, climáticos e hídricos representan el 50% de todas las catástrofes, acumulando el 45% de todas las muertes registradas en ese lapso y el 74% de todas las pérdidas económicas registradas a nivel mundial. Además, desde al año 2000, los desastres relacionados con las inundaciones han aumentado un 134% en comparación con las dos décadas anteriores.
Las lluvias extremas han causado inundaciones masivas en muchos países y ciudades del mundo, millones de personas han sido desplazadas y muchas han muerto. Pero no solo ha sido en países subdesarrollados donde las catástrofes meteorológicas han provocado grandes trastornos, en las última décadas estos eventos extremos también han golpeado a Europa, Norteamérica y Asia-Pacífico, dejando miles de muertos y enormes daños económicos generalizados. El cambio climático es una realidad y, desde hace unas décadas, sus consecuencias extremas nos afectan a todos, a pobres y ricos por igual.
Muchos factores contribuyen a las inundaciones, pero una atmósfera más caliente a causa del cambio climático aumenta la probabilidad de lluvias extremas. El planeta se está calentando desde que comenzó la era industrial y las temperaturas seguirán aumentando, a menos que hagan recortes drásticos en las emisiones contaminantes. Los eventos climáticos extremos, como las inundaciones que hemos vivido en Tabasco y que han ocurrido siempre, ahora serán más intensos y frecuentes. La memoria antropológica, histórica, generacional y hasta gráfica nos revela que los tabasqueños hemos vivido y convivido con las inundaciones desde que las culturas olmeca y maya se desarrollaron en esta tierra y agua. Una llanura inundable, que durante miles de años ha recibido los excesos de dos enormes ríos. El agua siempre ha corrido y seguirá corriendo por ella.
Sin embargo, junto al cambio climático, la deforestación, la sobrepoblación, la mala planeación urbana, la falta de estudios científicos, la negligencia en obras de prevención y en el uso de suelo, la falta de una gestión integral de cuencas y la falta de planeación a largo plazo, agravarán cada vez más los problemas que actualmente vivimos. (
drulin@datametrika.com/Investigador Titular, UJAT/ Director General, Datametrika Co.)