Este fin de semana, nos chutamos en familia el estreno de la secuela de Gladiador, en su segunda versión, que desde el punto de vista cinematográfico no tiene comparación con la versión de Russell Crowe y la posible nominación del irlandés Paul Mescal para el Oscar 2025 al mejor actor.
Salvada quizás por la participación de Denzel Washington, la producción y los efectos especiales podrían meterlo a la lucha por las estatuillas doradas, considera hasta el momento la crítica.
La producción, acerca desde luego a las nuevas generaciones a la intensa y apasionante historia del imperio romano.
Pero más allá de la taquilla y de las imprecisiones históricas de esta trama, nos recuerda y nos reclama la pantalla grande, la decadencia del imperio romano -proceso si bien complejo, que culminó con la invasión de los germanos en el 476 después de cristo y que marcó el inicio de la edad media-, en una historia cargada de lucha por el poder, intriga y venganza.
Dos escenarios históricos de la caída del Imperio, se ubican en el periodo en que los cineastas ubicaron Gladiador II con los emperadores gemelos Geta y Caracalla, como élite gobernante y un personaje también histórico que cruzó el filtro del poder y la nobleza: Macrino.
Macrino, es quizás, el personaje más importante de la zaga Gladiador II (se espera una tercera), quien aprovecha la pérdida de autoridad del imperio, producto de la inseguridad provocada por la crisis del siglo III, para tomar el control del poder sin necesidad de estar en la ruta sucesoria.
Previó a la división del Imperio por regiones que aplicó el emperador Teodosio -calculado como otro de los errores que marcó el inicio de la decadencia romana-, es durante el corto ciclo de los gemelos emperadores, en que la inseguridad generó una severa crisis que llevó a la detención de las actividades comerciales y productivas, llevando a la población a un periodo de incertidumbre total.
Otro de los errores que sumaron secuencias fatales para los romanos, fue el permitir que su ejército admitiera bárbaros en calidad de mercenarios, que peleaban por dinero y no por la subsistencia del imperio y con ello, la lección histórica de que cuando un general prueba poder, se convierte en un enemigo en potencia.
En este contexto, Gladiador II ubica a Macrino, como un recordatorio de las luchas internas por el poder y de cómo la lealtad militar puede cambiar el destino de imperios y gobiernos.
Marca también desde luego, que políticamente el "mover a las masas" en una sola dirección durante una crisis política, puede tumbar imperios.
Y pues, como decía mi abuelito: esa película ¡Ya la vi!
Kybalión.- La elección de delegados municipales en los 17 municipios del estado, está evidenciando de nuevo, que la lucha política en 2027 será una pugna entre pares.
Si bien en esta ocasión, Ni PAN, NI PRI, Ni PRD – salvo MC y PT que medirán sus intenciones territoriales en los seis municipios que gobiernan- generan preocupación de meter "caballitos de Troya" en este proceso; es en Morena, donde se corren riesgos internos.
Hay aspirantes moviendo fichas en colonias, villas y rancherías. Versión "petit" de "fundadores" y "neomorenistas" pues.
Cualquier parecido con el "aplausómetro" de Ocuiltzapotlán, es mera coincidencia.