LES CUENTO DE MI FLOR DE LIRIO. Bella, por cierto. Resulta que un vecino tiene buena mano para las plantas y sangre liviana para los pájaros. Planta que siembra se le da frondosa. Y en un limonero pone alimento y agua para los pájaros y estos le visitan muy seguido y cantan para él. Él los imita y allí los ve uno como de película.
"VECINO, LE REGALO ESTE LIRIO, porque ya voy a quitar la jardinera", me dijo hace días. Yo emocionado que me iba a regalar un retoño del lirio. "Nomás tráigase una pala para sacar la plantita", me conminó. Yo raudo fui por la pala. Y junto a la planta mayor estaban unos brotes hijos, que de allí yo debería tomar uno o dos.
Y VI LOS SUPUESTOS BROTES de plantas y me di cuenta que no lo eran, sino eran brotes pero de la vara por donde viene el racimo de flores. Pero apenas se asomaba a la superficie. "No es planta, vecino -le dije- es brote de vara para flor". "No lo creo, ¿cómo te diste cuenta Toño?". "Por la forma redondeada, no de espada, que sería la forma del brote de planta".
Y CON LA PALA BUSQUÉ un pequeño brote de planta y al sacarlo se vino con los brotes de vara para las flores. Me hice como que no sabía que por debajo forman parte del mismo camote de raíz. Y ni modo. El mismo vecino me ayudó a sembrarlo en una maceta. Me trajo tierra de humus. Y listo.
AL PASO DE LOS DÍAS iba creciendo el brote de la vara para flor. Yo contentísimo. Ya verán las fotos. De hecho yo había admirado hace meses ese lirio floreando en la jardinera arriate del vecino. Es de color naranja melón. Y se lo dije y le tomé foto en alguna ocasión. "Buena mano para la siembra de plantas tienes", le dije. Me respondió: "Es el amor que le tengo a la naturaleza toda". Y de verdad que sí tiene buena mano. Lo mismo siembra cilantro que hierba de olor.
Y AL PASO DE LOS DÍAS se iba confirmando que la vara iba para la flor. Solo era asunto de esperar. Todo tiene su tiempo. Y cada día sus afanes. Así que este fin de semana empezó a manifestarse la belleza y el milagro de la naturaleza para transformar en flor. Tan así que las hojas de lanza están muy chicas aún. Pero las varas para flor les ganaron ya.
EL LIRIO YO LO CONOZCO desde niño. En los jardines donde trabajaba mi papá, siempre me era de gusto mirar y admirar todo tipo de flores. Y entre ellos el majestuoso lirio. Los vi de distintos colores. Tanto el inmaculado blanco, como el pasional y sangrante rojo. El amarillo confiado en su belleza. Y el melón rozagante. Una fiesta la naturaleza de las flores.
PERO ESTE LIRIO ASÍ LLEGÓ a mi pequeño jardín. Destaca. Tengo una planta de nombre Corona de Cristo. Sus tallos tienen espinas, de allí su nombre. Y las flores muy lindas, duran varias semanas. Esa Corona la traje de Brownsville, Texas, regalo de una de mis hermanas. Tengo una de gardenia y otra de jazmín, que por las tardes sueltan su agradable y sensual aroma que transporta por dulces sueños.
PERO POR ESTOS DÍAS las flores de lirio, que según el libro de plantas de ornato en algunos lugares le llaman azucena. Quiero conseguir una amapola, pero hay el temor que la policía la detecte y me la quite o me encause por delitos de amar la amapola, lindísima amapola. Y si la veo sola, no se lo que le diga.
SI MIRAS UNA FLOR, ADMÍRALA, no la cortes. Si puedes regar la planta, hazlo. Si puedes escribir sobre ellas, escribe. Nunca lograrás un mejor acercamiento mediante las palabras. Las plantas tienen inteligencia. Las de agradable aroma sueltan más intenso cuando se acerca la persona que las riega, la que les habla.