En nuestra región, las inundaciones son nuestra mayor preocupación durante la temporada de lluvias y han sido una batalla constante durante décadas. Pero el sistema de drenaje no es el único culpable; sino el manejo y la eliminación inadecuada de la basura por la ciudadanía, así como por la limitada e ineficiente recolección, gestión y disposición de residuos solidos. A menudo, la basura que no se dispone correctamente ingresa y obstruye el drenaje; peor aún, las alcantarillas son utilizadas descaradamente como basureros, acarreando como consecuencia la obstrucción del sistema de drenaje, generando colapsos, desborde y anegación durante las lluvias.
El drenaje y el alcantarillado debe recoger y transportar todas las aguas residuales y pluviales, pero la negligencia de transeúntes, negocios y comercios arrojando basura, residuos y contaminantes, entorpecen su función. Gran parte de la ciudadanía carecemos de hábitos de cuidado del medio ambiente, tiramos basura en la vía pública pensando que un pequeño papel, bolsa o botella no causará daño, poniendo en riesgo la integridad de todos. La suma de éstas pequeñas malas acciones causa un daño muy grave. Con una mínima precipitación, los sistemas de drenaje obstruidos, atorados y saturados, provocarán encharcamientos e inundaciones, junto a sus malos olores en las calles y la proliferación de vectores que propagan enfermedades contagiosas como el dengue.
En América Latina, México es líder en generación de basura con más de 1 kg por persona al día. La CDMX es la segunda metrópoli que más basura genera en el mundo, con unas 25 mil toneladas diarias. En el país, generamos más de 50 millones de toneladas de residuos sólidos al año, llenaríamos 250 veces el estadio azteca. Más de la mitad es basura orgánica, 20% papel y cartón, 10% vidrio y metales, 10% plásticos y 5% textiles. Apenas se recicla un 12%, y de los más de 10 millones de toneladas anuales de plásticos no se recicla ni la quinta parte. Dos de cada 3 toneladas terminan en rellenos sanitarios, la mayoría son tiraderos a cielo abierto contaminando el aire, el suelo y el agua. Pero un enorme volumen de basura cercano al 20% del total, mayormente envases, bolsas y plásticos de un solo uso, terminan en la vía pública, baldíos, drenaje y alcantarillado, lagunas, canales y ríos; generando encharcamientos e inundaciones en calles, colonias, pueblos y ciudades.
La capacidad, los recursos y esfuerzos realizados por los gobiernos se ven rebasados para emprender acciones óptimas y eficientes de reciclaje, recolección y eliminación de residuos, ya que les costaría más de la mitad de sus presupuestos. Con la insuficiente inversión para mayor infraestructura y mejora de los servicios municipales, las políticas de austeridad que estrangulan proyectos innovadores y sostenibles, junto a la prioridad del enorme gasto en programas sociales; difícilmente veremos a corto plazo un punto de inflexión en este problema.
Tabasco genera unas 3 mil toneladas de basura al día, casi 400 son plásticos; con Villahermosa produciendo cerca de 20 mil toneladas al mes, más de 600 toneladas diarias. La laguna de Las Ilusiones y el Vaso Cencalli son de los acuíferos más contaminados, en un día se ha recolectado casi media tonelada de basura, mayormente plásticos desechables; y hasta 2 toneladas en época de lluvias, como las de las semana pasada que causaron su desbordamiento, anegando vías y colonias periféricas. Ahora, de los cárcamos y potabilizadoras, y del drenaje y alcantarillado se extraen toneladas de basura, desde bolsas de frituras y botellas de bebidas hasta electrodomésticos y llantas; miles más son arrastradas por nuestros majestuosos ríos.
La historia reciente revela que las lluvias, aliadas con la basura, nos están venciendo; cada año surge una nueva colonia anegada, una nueva comunidad o cabecera municipal inundada, otra calle o camino en el agua... La basura es responsabilidad de quien la genera. Y si seguimos tirando basura, nos convertiremos en basura. ( drulin@datametrika.com/ Investigador Titular, UJAT/ Director General, Datametrika Co.)