A.-Yo andaba con un librito bajo el sobaco (Ómnibus de poesía mexicana de Zaid), cuando mi amigo Roque Villalba, exiliado argentino, me dijo: ¿Donde se metió usted este fin de semana? Yo me la pasé conversando hasta el amanecer con Juanito Gelman". ¿Y quién es Juanito Gelman?, pregunté ignaro osado. Y el maestro Roque se soltó contándome la historia del poeta y su lucha contra la dictadura quien le arrebató a su hijo, su nuera y nieta. Me conmovió. Al poeta lo habia traído la UJAT, le habían entregado un premio (Juchimán), me informó Villalba. Curioso, días después, entré a la biblioteca Pino Suárez y me puse a buscar algo del maestro Gelman, entre otras cosas, encontré ese breve poema que es un clásico: "Yo no sabía que no tenerte podía ser dulce como nombrarte para que vengas aunque no vengas y no hay sino tu ausencia tan dura como el golpe que me di en la cara pensando en vos".
B.-En una de mis visitas al maestro Gutemberg Rivero, maestro de la plástica tábasqueña, este hacía un recuento de los personajes de la cultura y la comunicación en Tabasco. Su juicio era lapidario, inclemente; nadie se salvaba, cuando terminaba detuvo su ácida calificación y dijo: "Sólo Chupón se salva, ese cabrón si sabe, sabe y lo hace". El maestro vio en mi cara la ignorancia, el desconocimiento y, lijando la cabeza de un San Juditas, me aclaró compasivo; "Miguel Rueda de León". Me quedé en las mismas. No sabía quién era.
C.-Años después, conversando en una mesa de café con el poeta Ramón Bolivar, y los maestros Ezequiel Soberanes y Julio Álvarez, irrumpió la charla con campechano gusto un hombre enorme, calvo, con rala arandela de cabellos blancos. Se sentó con nosotros y me lo presentaron: "Miguel Rueda de León, si quieres ser gabardonado con un Juchimán ponte de acuerdo con él, nomás no dejes te lo de tan caro", bromearon. En el momento recordé el premio que hizo venir a Gelman.
D.-Dos encuentros más y vino el tema de los Juchimanes, esa proeza cultural en la que hizo desfilar por su alma mater lo más granado de la cultura del país y del mundo. Los esfuerzos, las peripecias que lo habían llevado al reconocimiento de los estrictos críticos de pueblo, el maestro Gut, por ejemplo.
E.-Pero, además de su carácter de promotor de la cultura, era un estudioso de la política local. "En más de 100 años, nos han gobernado solo 8 familias, yo tengo un estudio donde he registrado lo que te estoy diciendo, ellos, siempre ellos ponen a quien quieren y cuando no hacen lo que ellos dicen, los quitan o los meten a la cárcel; Bartlett, Neme o el químico Granier, son una muestra", contaba en la mesa de café.
F.-La Explanada de la cultura Olmeca fue su último gran proyecto y no lo pudo concretar. Escucharlo sobre ese tema era un deleite. Encaramado en las nuevas tecnologías impulsó un programa de televisión por internet y una revista digital, donde publicaba sus escritos.
G.-Su carácter jocoso siempre, lo guardé en divertido pasaje:
"El café se va llenando poco a poco. La ocupación la realizan burócratas jubilados, políticos olvidados, periodistas cansados y uno que otro maestro cesado.
Pido mi americano y me dispongo a leer. El joven que me atiende está empecinado en hacerme comprar la promoción del día. Le digo que no y me adentro en los planteamientos que hace Ramón Salaberria sobre la biblioteca escolar y sus conjungaciones.
Después de media hora el café está repleto. Los parroquianos discuten a gritos sobre 'política y cosas peores'. En un momento calmo escucho un grito grandilocuente:
-¡Querido, maestro!
Volteo, un hombre en la medianía de la vida, brazos abiertos, sonrisa completa, mira con emoción a un anciano que adorna su calva con una rala arandela de canas. Rodeado por varios, el de hidalguiana apariencia, contesta a su saludador con voz atorada pero firme:
-¡Ni soy tu querido ni soy tu maestro...!", así era Chupón, como le decían sus amigos.
H.-Ayer, antes de ir a su despedida, le dije a un compañero maestro con quién conversaba vía telefónica que Rueda de León había partido. De Huimanguillo, el camarada, me diría que Chupón la había dado una beca en sus tiempos de estudiante y que como a él, a varios. Buen camino para Rueda de León.