"El que acierta en el casar, ya se puede equivocar". Enrique González Pedrero. Político mexicano.
El florentino Nicolás Maquiavelo sostiene en sus tratados políticos que la fortuna es factor esencial en el éxito de un político. Sin fortuna, un político difícilmente puede prosperar. En este sentido, Andrés Manuel López Obrador ha contado con la fortuna de tener a su lado a dos mujeres que han sido fundamentales en su vida.
Siempre he pensado que la mujer desempeña un lugar preponderante en la carrera exitosa de un político. Y en el caso de Andrés Manuel, las dos extraordinarias y sensibles mujeres que lo han acompañado en su vida han sido pilares esenciales para que pudiera alcanzar la cima y pudiera realizar el excelente trabajo político que ha desarrollado a favor de México. Por ello, el reconocimiento a sus enormes presencias.
Aunque no tuve la oportunidad de conocer a la señora Rocío Beltrán Medina, primera esposa de Andrés Manuel, recibí múltiples referencias de amigos y familiares sobre su digna presencia a su lado. Formó con un gran amor a una hermosa familia. Fue un pilar fundamental durante los primeros 24 años de su ardua lucha política, acompañándolo en cada paso. Fue su fiel compañera, caminaron juntos de la mano todo el estado de Tabasco cuando él se postuló para gobernador en 1988 y en 1994.
Rocío Beltrán Medina, nacida el 21 de agosto de 1956 en Teapa, Tabasco, estudió sociología en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco. Se casó con Andrés Manuel el 8 de abril de 1979, y tuvieron tres hijos: José Ramón, Andrés Manuel y Gonzalo Alfonso. Lamentablemente, falleció el 12 de enero de 2003.
El 11 de septiembre de 2024, la Dra. Beatriz Gutiérrez Müller, segunda esposa de Andrés Manuel, aceptó la invitación para acompañarlo en la conferencia de prensa matutina. En su intervención se despidió y expresó su agradecimiento al pueblo de México por la grata experiencia de haber acompañado al presidente durante estos seis años, destacando la buena labor de su esposo, a quien considera el mejor presidente de México.
Como fue su costumbre, la señora Gutiérrez Müller demostró con su sencillez una enorme calidad humana, con sus respuestas su gran inteligencia y el enorme sentido de ubicación que sorprende. Con orgullo, compartió lo que ha sido vivir al lado de un gran político.
Reconoció que su labor ha sido difícil, dado que no estaba acostumbrada a la vida pública. Su discreto y modesto desempeño junto a un hombre tan activo y dedicado demostró la claridad sobre su papel. Explicó que siempre entendió no jugar el rol de "primera dama", pues dijo que ella no fue elegida por el pueblo para ningún cargo público. Su único deseo fue querer y apoyar a su marido. Su pasión siempre fueron las letras, los libros y la lectura.
El comportamiento digno de la esposa del presidente brinda un ejemplo a todas las cónyuges de servidores públicos, mostrando como un enfoque modesto y discreto puede ser de gran ayuda en el desempeño de la función pública.
Personalmente, considero que el valor más significativo que han demostrado Andrés Manuel y Beatriz Gutiérrez es el verdadero amor que se profesan como pareja. Han puesto fin a las simulaciones y mentiras de parejas presidenciales de caricatura y telenovela, que, durante 36 años de neoliberalismo, faltaron el respeto a la investidura presidencial y al pueblo de México.