Muchas lecciones, indudablemente, son las que nos dejó el proceso electoral de este 2024.
Ejemplo de ello es lo que ocurrió con eso de la reelección de alcaldes en Tabasco.
En Centro y Tacotalpa, Yolanda Osuna Huerta y Ricky Arcos Pérez –la primera, de Morena y el otro de Movimiento Ciudadano— con sus obras y acciones –y desde luego, sus ofertas electorales de gobierno-- lograron convencer a sus conciudadanos y éstos avalaron con sus votos ante las urnas un segundo período para que repitan como primer autoridad en sus respectivos municipios.
Y en ese intento de reelegirse en el cargo mordieron polvo y les aplicaron el voto "de castigo" sus propios correligionarios y ciudadanos en general a los ex alcaldes (independiente) Abraham Cano, en Cunduacán y la morenista Sheyla Darling Alvarez, en Nacajuca.
¿Que ocurrió en la Atenas de la Chontalpa y en el indigenista municipio limítrofe con Centro?, se preguntarán algunos.
La respuesta es sencilla: en ambos municipios el pueblo notó, anotó y votó. Los electores decidieron ejercer su pleno derecho de decirles ¡No! a quienes habiendo tenido la oportunidad de servir bien y hacer un buen gobierno fallaron garrafalmente y desperdiciaron el tiempo –y recursos públicos-- afectando el crecimiento y progreso de esos pueblos.
Y precisamente en Nacajuca, uno de los municipios más pobres de la entidad, cuna del movimiento obradorista fue donde el abandono a las etnias se hizo más evidente en la gestión "sheylista" tal y como lo expuso el fin de semana pasado el alcalde electo Roberto Ocaña Leyva quien advirtió de manera categórica: "Hay que hacerla (auditoría a la administración saliente en ese municipio) porque ahí están las obras mal hechas".
Ocaña Leyva puso un ejemplo: "En Guatacalca hicieron unas cunetas en las que la gente ha sufrido accidentes. Mal planteados los proyectos. Entiendo que pueden no ser ingenieros, pero hay expertos".
El ex director de la Junta Estatal de Caminos después de dos (¿ o tres?) intentos en buscar la alcaldía nacajuquense logró por fin, esta vez, alzarse con la victoria al obtener el respaldo mayoritario (27, 396 votos) ante su principal oponente Shyela Alvarez, quien decidió impugnar los resultados.
Roberto Ocaña –fue abanderado por el Partido del Trabajo—y entrevistado por el comunicador Emmanuel Sibilla Oropeza calificó tal impugnación como (simples) "patadas de ahogado.
Subrayó que "son cerca de 11 mil votos de diferencia" que avalan su triunfo electoral y recordó que "Nosotros sí encontramos anomalías porque metieron a funcionarios públicos a hacer campaña. Hasta en las redes sociales hacían campaña, ni se fijaban que estaban cometiendo delitos electorales".
Por eso el hoy alcalde electo anunció que solicitará que se realicen auditorias al gobierno saliente, no sólo por la utilización de recursos públicos para el proceso electoral, sino también por lo que calificó como "obras mal hechas" y en ese sentido subrayó que Nacajuca es un ejemplo de que cuando las cosas no se hacen correctamente "la gente te castiga".
Así las cosas en Nacajuca –tierra de los camellones chontales, de la Madre Muriel y cuna del indigenismo tabasqueño-- donde, al parecer, el Presidente Municipal electo va con todo para esclarecer el destino de los fondos municipales durante la gestión que está por concluir.
Entrelíneas....
Y a propósito de los grandes retos que enfrentará la próxima administración nacajuquense, el futuro edil –quien hizo campaña avalado por el PT y en apoyo a la candidata presidencial morenista Claudia Sheinbaum-- subrayó que existen 3 prioridades: agua potable, energía eléctrica y drenaje e inclusive, dejó entrever, que aunque el tema del agua potable es asunto que debe atender el CEAS "la ley también nos permite (a los municipios) resolver...". (altar_mayor@yahoo.com.mx)