A más de una semana del debate presidencial se ha dicho mucho.
Se ha escrito tanto –entre opinadores, columnistas, analistas y un sin fin de profesionales del periodismo nacional-- pero sin embargo hay quienes todavía se preguntan ¿en realidad fue un debate el evento organizado por el Instituto Nacional Electoral entre los 3 aspirantes a la Presidencia de México?.
Habrá quienes consideren que sí, efectivamente fue debate. Pero también hay quienes se dicen haber sido testigos de un simple encuentro donde pudo observarse a una aguerrida candidata tratando de acorralar a su principal oponente en tanto que el tercer aspirante, asumiendo un simple papel de comodín cumplió con creces la tarea asignada.
A la cita acudieron, como ya se sabe, Claudia Sheinbaum, abanderada de Movimiento de Regeneración Nacional y aliados Partido Verde Ecologista Mexicano y Partido del Trabajo, Xóchitl Gálvez de Fuerza y Corazón por México (Partido Revolucionario Institucional, Partido Acción Nacional y Partido de la Revolución Democrática) y Jorge Maynez de Movimiento Ciudadano.
Y como era de esperarse, la ex jefa de gobierno del DF al responder los cuestionamientos fue muy cuidadosa para no caer en la provocación de quien, desde la acera de enfrente en todo momento aprovechó para lanzarle dardos a diestra y siniestra. Fiel a su estilo, con la seguridad y confianza de sentir que va en caballo de hacienda en el hándicap presidencial, sus respuestas fueron en términos generales.
Si acaso, en algún momento, algo que hizo fuera del guion fue llamar la atención de los moderadores por algunos problemas que se presentaron con el reloj que estaba siendo utilizado para el evento.
Fuera de eso la candidata de Morena y aliados no fue más allá de lo que ha venido mostrando desde su anticipada campaña, o sea algo nuevo para poder ver con mayor claridad los proyectos que trae en mano y cómo hará para ir procurando su solución en lo tocante a temas tan esenciales como la educación y salud de los mexicanos.
No fue novedoso, incluso, que en por lo menos en dos ocasiones se refiriera al Presidente Andrés Manuel López Obrador dejando entrever que habrá continuidad con la labor del tabasqueño, algo muy natural entendiéndolo desde el punto de vista que el proyecto de la 4T va más allá de un período sexenal.
En una modesta opinión, imbuida de imparcialidad, nada se pierde con otorgarle a la candidata morenista el beneficio de la duda respecto a esa idea de continuidad, aunque hay que admitir que la historia ha demostrado cómo, al llegar al poder, quien lo asume difícilmente lo comparte y luego, ya en el ejercicio del poder suceden otras cosas.
En cuanto a la candidata de Fuerza y Corazón por México --salvo el detalle al final de mostrar el escudo nacional sin darse cuenta que la figura estaba de cabeza, aunque luego haya querido justificar tal hecho— su desempeño no fue muy distinto a como ha venido siendo el de su campaña, sobretodo en enderezar sus críticas hacia la candidata morenista recordando temas como los del Colegio Rebsamen y la caída de vagones de la Línea 12 del Metro, entre otros.
Pero muchos coinciden en señalar que Gálvez perdió una buena oportunidad para exponer realmente sus propuestas.
Y el candidato de Movimiento Ciudadano, pues más que entrarle al debate se limitó de esquirol enderezando ataques constantes hacia Xóchitl Gálvez y a mostrar una sonrisa sarcástica que provocó hasta memes (sonrisa Colgate, dirían algunos).
Así las cosas. En suma, lo que se vio fue un evento que, salvo mejor opinión no fue debate y si a eso le llaman debate pues bueno que cada quien, en uso de su libertad, saque sus propias conclusiones.
Entrelíneas....
El diputado federal Mario Llergo Latournerie fue designado representante de la campaña de la candidata presidencial Claudia Sheiunbaum en Baja California, entidad donde el tabasqueño hará sus aportes con el fin de fortalecer la organización y promoción del voto entre bajacalifornianos a favor de la abanderada morenista. (altar_mayor yahoo.com.mx)