Tiempos electorales, tiempos finales del sexenio de la 4T. Se agota el tiempo...y también las esperanzas para conocer la auténtica verdad. El caso Atyozinapa, pareciera ser un caldo de cultivo donde, entre ratos la demanda se ve justa (exigencia de padres de familia dolidos exigiendo claridad en las investigaciones) pero al unísono –otras veces— el asunto toma cariz político y las voces de reclamo son estruendosas.
Y es que dígalo si no, Ayotzinapa se ha convertido --aunque parecería que algunos no lo quieren ver así-- en un verdadero dolor de cabeza (por no decir otra cosa, por respeto al amable lector) no solo para el gobierno, sino de manera particular para los servidores públicos por cuyas manos ha pasado la investigación, desde aquel 26 de septiembre de 2014 (diez años a la fecha), asunto que cada día que pasa se ve más difícil encontrar la punta de la madeja.
Han sido diez años en los que la indignación, la rabia y la desesperación de los familiares de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Isidro Burgos, se inscribió en la historia permaneciendo como una página horrenda convertida en una pesadilla sin que nada la pueda borrar.
Para colmo algo que, guste o no, hay que decir respecto al manoseo por parte de las autoridades, que, si bien en algún momento el esfuerzo oficial pudo tener algún aprecio, hoy es imposible hablar de reconocimiento a su labor.
Contrariamente, de lo que sí se puede hablar es la falta de seriedad en relación con un hecho respecto del cual los familiares siguen demandando con tenaz exigencia: "Vivos se los llevaron, vivos los queremos", aunado a ello lo que algunos siguen diciendo, pasado tanto tiempo, que los van a a encontrar.
Si ello ocurriera eso sí sería justicia. Esto es que los desaparecidos estuvieran con vida, pero el tiempo pasa y todo es un embrollo, o como se le quiera llamar, desde lo que fue la actuación de Rafael Murillo Karam, quien ese 26 de septiembre, se desempeñaba como Procurador General de la República, durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, hasta lo que en la actualidad sigue aconteciendo con este asunto, sin poderse resolver.
Un embrollo que -es lo real-, siendo un caso tan delicadísimo y sensible, ha propiciado y a la vez impedido conocer la verdad.
El tema ha provocado, inclusive, hechos virulentos como lo ocurrido hace poco cuando una turba intentó ingresar a Palacio Nacional utilizando un vehículo derribando una de las puertas del histórico edificio.
Actos que, si bien como lo declaró la Doctora Claudia Sheinbaum, ese mismo día durante su gira por San Luis Potosí, S.L.P., no le parece correctos y muchos coinciden con esa reprobación, pero sería bueno que también se comprendiera que a estas alturas, seguramente a los familiares de las víctimas ya les está ganando la desesperación porque sienten que no se les ha hecho justicia, o lo que como comúnmente se dice, se está haciendo es una justicia a medias.
No puede pasarse por desapercibido lo expresado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, durante la conferencia mañanera del pasado 6 de marzo, al señalar que los familiares de los desaparecidos están siendo manipulados, lo que realmente sería muy reprobable.
Lo cierto es que el caso de los 43 estudiantes desaparecidos se perfila para pasar a la historia como un crimen sin castigo y es que podrán encarcelar a todos los servidores públicos que han participado en la investigación y de todos los niveles, pero eso –al decir de muchos-- en realidad no es justicia; esta lo sería, si estuviesen purgando su condena los verdaderos autores intelectuales y materiales del hecho.
Porque una cosa son las fallas o errores en el procedimiento de investigación que permitió la liberación de algunos de los verdaderos responsables, pero esa circunstancia acaso a lo que lleva es al reproche para los servidores públicos que han incurrido en ellas, empezando por la famosa "verdad histórica" y por lo cual nadie discute que su responsabilidad debe ser sancionada.
En conclusión, Ayotzinapa seguirá ahí como un enorme reto para quienes aspiran llegar a la Presidencia de México dentro de algunos meses. Habrá que ver que sigue luego de esa gran transición del poder Ejecutivo Federal. (altar-mayor@yahoo.com.mx)