Hay quienes creen –y algunos hechos parecen así evidenciarlo— que las honras fúnebres para el Partido Revolucionario Institucional todavía están muy lejanas.
Por ejemplo, el analista político Leo Zuckerman (Juegos de Poder/periódico Excélsior) en su trabajo editorial publicado ayer jueves refiere: "Desde que tengo memoria, vengo escuchando que el PRI morirá como partido político. Y aquí sigue. Tremendamente disminuido, pero vivito y coleando...".
Desde luego que no solo es la opinión del comunicador sino también otros acontecimientos hacen sospechar que al veterano partido tricolor –casi moribundo después de la reciente deserción de más de 300 militantes, incluidos entre ellos altos personajes políticos como Miguel Osorio Chong, otrora poderoso secretario de Gobernación— le están suministrando oxígeno para su supervivencia de cara a las jornadas electorales que se aproximan.
Dígalo si no, cuando a mediados de esta misma semana el Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal (TEPJF) acaba de darle el "carpetazo" al desvío de 250 millones de pesos en el que estuvo envuelto el exgobernador de Chihuahua César Duarte y la cúpula del PRI en 2016.
El máximo tribunal en materia electoral confirmó el miércoles una resolución adoptada por el INE el pasado 30 de marzo, en la que concluyó que no hay certeza de que los recursos malversados, una vez convertidos en dinero líquido, hubieran ido efectivamente a parar a las cuentas del partido o a sus campañas electorales.
La sentencia del TEPJF aprobada por una mayoría de cuatro votos contra dos, conforme a información difundida por el periódico "El País" https://elpais.com/mexico/2023-07-05/el-tribunal-electoral-perdona-al-pri-por-el-desvio-de-250-millones-de-pesos-de-la-operacion-safiro.html deja además sin sanción uno de los mayores casos de corrupción política de los últimos tiempos: la llamada "Operación Safiro, un sofisticado mecanismo de desvío de recursos que involucró al Gobierno de Duarte, a líderes de la plana mayor del PRI —que entonces dirigía Manlio Fabio Beltrones y a funcionarios de primer nivel de la Secretaría de Hacienda del gobierno de Enrique Peña Nieto.
Según la nota del diario español "este caso de desvío de recursos tiene una vertiente penal que ha seguido otro derrotero. El aspecto electoral, que ha pasado por las manos del INE y el TEPJF, se basa en la presunción de que los recursos desviados se usaron para financiar campañas electorales del PRI en las elecciones intermedias de 2015 y las estatales de 2016, según los indicios obtenidos por la Fiscalía de Chihuahua —que comenzó a indagar el delito una vez que el panista Javier Corral arrebató la gubernatura a Duarte— y la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales. Esas indagatorias, sumadas a la que elaboró la Unidad Técnica de Fiscalización del INE, han probado que funcionarios públicos, empresarios y políticos afiliados al PRI —simples militantes y mandos estatales y nacionales— participaron en todas las etapas del mecanismo de desaparición de los recursos: desde su dispersión a cuentas de empresas fachada hasta su conversión a dinero líquido mediante el cobro de cheques en ventanillas bancarias".
Pese a todas esas pruebas que muestran cómo el PRI prestó su estructura política para posibilitar el desvío y blanqueo de recursos, cita "El País", el magistrado Felipe Fuentes, autor del proyecto de sentencia, ha considerado que no se puede concluir que el mecanismo tuvo por objeto beneficiar al PRI. "Yo, de todo el material probatorio, si bien se justifica una primera etapa de que sí existe un desvío de recursos, no se justifica la conclusión en el sentido de que esos recursos hubieran beneficiado o se hubieran dirigido hacia el Partido Revolucionario Institucional", ha sostenido el magistrado.
Leo Zuckerman a su vez, presenta un análisis que no es tan descabellado, en el que refiere que el PRI ha logrado sobrevivir a grandes derrotas históricas y recuerda que "no obstante, según las encuestas nacionales, hay un 16% de mexicanos que todavía declara que, si las elecciones fueran hoy, votaría por el PRI. No es un porcentaje nada despreciable, dice y subraya: Es, de hecho, similar al del PAN. Es decir, todavía existe un electorado priista. Sin embargo, el partido parece estar cayéndose a pedazos. Interesante el artículo (https://www.excelsior.com.mx/opinion/leo-zuckermann/el-pri-remora-o-reinvencion/1596204 . (altar_mayor@yahoo.com.mx)