CADA QUIEN ANDAMOS en la lucha diaria. De eso nadie se escapa. Lucha el rey no sé en qué y la vaca por el pasto mejor, para su buen comer. Cada ser en sus afanes. Unos por trascender, otros por sobrevivir, otros más por entender, lo que hacemos aquí. El vendedor tratando de vender a quien quiera o necesite comprar. El cliente intentando comprar de lo mejor, o lo más barato; depende de los ceros en su cuenta. El panadero por hacer buen pan. Y el que toma café, acompañarlo con telera o campechana, cuernito, gusano, concha o un relleno de piña o calabaza. El mecánico espera los autos descompuestos. Y el lavador a que no se vaya el agua, porque carros sucios siempre hay.
Y ASÍ ME PUEDO EXTENDER con cada uno de los afanes que las personas tienen. El ladrón de que no lo atrapen. El político con llegar a un nuevo cargo, los menos para servir. Difícil reconocer la diferencia entre los que sí y los que no. Se requiere de sagacidad e inteligencia, algo de lógica y de emoción. Porque se llega a uno a equivocar, y es entonces el mal como pandemia, que llega a durar tres años o seis. "Ya vendrá uno que robe menos", hasta eso se llega a decir.
HAY EL QUE SE AFANA en acaparar para manejar el precio, y quien vende a comisión. En la cantina se requieren bohemios y adictos que llegan a gastar su quincena. El barrendero hace bien en quitar la basura de las calles, que alguien insensato tiró, sin buscar un mejor lugar, aunque botes para la basura casi no hay. El pescador espera que pase la veda, mientras nadie lo vea quizá pesque para comer, y eso no está mal. Pero otros más se pasan de listos y burlan la veda, total, qué puede pasar.
ENTRE TANTOS AFANES está el del profesor, la mayoría que quiere enseñar, y los alumnos que se afanan por no reprobar, y cierto, otros por aprender, no sé si son menos o más. Lo que sí es que hay docentes que esperan acabe el horario, y largas se le hacen las horas para llegar al final. Aunque el ciclo vuelve de nuevo a empezar.
HAY MÉDICOS QUE LUCHAN porque sane el paciente. Y otros que esperan a que los sanos enfermen. Y en esto no hay discusión. La farmacia de eso vive, de que se vendan medicinas. Y solo los enfermos las requieren. Y qué me dice de las funerarias, que listas están para llegar a donde cae el muerto, para ofrecer los servicios y algunos hasta ofrecen de oferta dos al precio de uno. Me dicen, yo nunca lo he escuchado. Los cirios van de pilón. Y si se requieren plañideras y rezanderas, las ofrecen también.
EL REPORTERO SE AFANA en la nota, cada uno en su fuente. Y trata de que vaya a primera plana, y si es posible al titular principal. Ese es su afán diario. Y la nota en la fuente de política o administración gubernamental, es la declaración, del político o funcionario, aunque sea de banqueta. Y si no la quiso dar, en el modo que se negó, allí la nota también está. Que la nota es de quien la trabaja. Como dijera, sobre la tierra, Don Emiliano Zapata
EN LOS AFANES DEL DÍA, cada quien anda en lo suyo, y si no se entrecruzan no hay problema. Cuando el Contrato social se cumple -lo dijera J. J. Rousseau- todo es armonía, que muchas veces se nos niega, cuando unos abusan de otros en su afán por tener más, por obtener más recompensa, sin que les sea merecida, de acuerdo a la inversión o esfuerzo. Porque cierto es que hay quienes sin trabajar se enriquecen, y quieren aparentar honradez, lo cual de familia no lo aprendieron. Hay quienes aspiran a puesto en el gobierno, solo para enriquecerse. Son truhanes y lo logran.
SE PRECISA ÉTICA PARA EVITAR gastos en defensa y vigilancia, se requiere recuperar la confianza y evitarnos dolor de los asaltos, secuestros y desaparecidos. Y a veces no se ve por dónde empezar. Hasta pareciera (vamos, no parece) que vamos de mal en peor, pero la esperanza se mantiene, mientras haya quienes luchan por ser mejor en lo personal, y no por tener más, o tener lo estrictamente necesario, que le llaman justa medianía. Por eso emociona mirar a los jóvenes participar en deporte o en concursos de arte y cultura. Para que la esperanza nunca muera.
ES SATISFACTORIO ENTERARSE de quien salva un perrito del peligro de la muerte, quien salva a un ser humano en un peligro inminente, quien entrega una cartera con documentos y dinero, aunque también necesite. Hay quienes buscan con afán en hacer el bien, sin mirar a quién, ni esperar recompensa (son pocos pero son). De ejemplo los bomberos y los buenos policías que su vida arriesgan, unos para detener el mal, otros para sofocar el fuego. Y así salvar vidas o que los daños sean menos.
UN BUEN TEMA ES el de los indiferentes. Que son quienes viven en la luna. Que no saben que es fortuna vivir en colectividad. Son los individualistas, que no les importa la pobreza ni el dolor de los demás. Ni quien llegue al gobierno es más ni ejercen su derecho al voto, y dicen: no importa quien llegue, si todo es lo mismo. Ellos, los indiferentes, hacen mucho daño al bien de la sociedad. Y son los primeros en quejarse, de eso hay muchos ejemplos.
ME PREGUNTO YO CADA MAÑANA cuál es el afán de mi día. Y me respondo aunque no lo diga. Lo cierto es que hay quienes cargan culpas del pasado, y quienes se preocupan por el futuro lejano, sin darse cuenta que eso genera ansiedad, estrés y depresión, enfermedades mentales que acaban con la persona o no les permiten vivir con tranquilidad y paz interior. Recordemos que cada día tiene su afán y a eso hay que dedicarle el presente. Ya el mañana vendrá.