No puede ser posible que estamos desaprovechando cinco décadas de conocimiento, adquirido por el mundo.
Volveremos al inicio de 1999 en 2024, al no estar preparados, aunque hoy en día lo estamos. Pero ahora con una visión, sin rumbo; por ser un país de ciclos de vida social, política, económica, financiera y ahora de energía.
La inversión extranjera directa (IED) ha sido un pilar del desarrollo tecnológico, manufacturero, cultural, económico, y sobre todo de conocimiento, entre las diferentes naciones que están en la faz de este planeta. Solo aquellos que no han entendido, el dinero no conoce ideologías, no son capaces de migrar a una evolución dentro del mundo.
La IED, debe ser la causa de contradicción ante un nuevo posicionamiento de México en la comunidad mundial de manufactura, al realizar cambios en los tiempos y costos de logística por tener empresas cerca del mayor mercado mundial de consumo, Estados Unidos.
Estamos por cometer el mismo error de 1999, y solo estamos viendo a una realidad virtual creada de autocomplacencia, y no una realidad, basada en los hechos actuales.
A la firma del primer tratado (TLC) que dio una apertura al mundo hace más de dos décadas, y sea como haya sido, esto generó un desarrollo económico en primera instancia. Seguido de un crecimiento a nivel país. Este tratado no tuvo efecto hasta después de cinco años del inicio de su vigencia, principalmente por no contar con la energía necesaria, infraestructura, y mano de obra calificada para poder ser concebidos como un soporte estructural de la cadena de valor de las empresas.
El primer desacierto que estamos dando lugar, y está cayendo en lo absurdo, que hoy digan que los trabajadores mexicanos son parte del nearshoring. Dista de la realidad. Seamos sinceros, estamos pensando en ellos, y las nuevas generaciones, al decir que México paga bajos salarios.
En el 2020 a la fecha, hemos visto un cambio radical en la estructura de costos de los productos manufactureros en su producción y envío a los mercados objetivos de cada uno de ellos. Adonde, ha aumentado en el costo de la logística, principalmente en el transporte, derivado del aumento en el costo de embarcaciones transoceánicas, impuestos para su introducción (aranceles), y el aumento de los costos de los contenedores para asegurar las cargas. Esto creo, y continúa en algunos lados, una congestión, puertos o centros de intercambios terrestres, dando como consecuencia el incremento de tiempos de entrega, y ocasionando, sobre costos, al precio final del consumidor, provocando en muchos de los casos que influyeran sobre la inflación. Afectando esta condición a algunos países que dependen de sus importaciones para cubrir la demanda de su mercado interno.
Entonces aquí va la primera pregunta: ¿Por qué deben pagar al mexicano el mismo salario actual? La relocalización de las empresas, el objetivo primario de sus costos, significa reducir los costos para aumentar sus ventas, al estar más cerca del mercado de EUA, y aprovechar el Tratado de Libre Comercio que permite cierta reducción de aranceles, al ser fabricados dentro de México.
Supongamos, el costo de producir y enviar a EUA un producto manufacturado en China es de 10 dólares. El cual está integrado de la siguiente forma: mano de obra 3 dólares (México sea de 1 dólar), el costo de transporte por barco y contenedor 4 dólares, costos de aduana (importación) 3 dólares. Pero al realizarlo en México, podría bajar un 50% el costo del transporte, y la aduana podría ser cero en algunos casos.
Esto podría, en este ejemplo hipotético, reducir hasta el 50% los costos actuales que tienen las empresas. Entonces, ¿por qué no podrían aumentar los salarios en el sector manufacturero del país bajo condiciones adecuadas que no afecten tanto al consumidor final? Recordemos que el TMEC puede ser un facilitador para llevar a cabo lo anterior, debido que en el artículo 23.12 en la Cooperación en la parte laboral, en el inciso J, en el párrafo ii, y que indica: "desarrollar herramientas analíticas y de cumplimiento relacionado con salario igual por trabajo igual o por trabajo de igual valor". Recordemos que la mano de obra de México está calificada y certificada, y al aumentar los salarios de acuerdo al trabajo, dejaríamos de tener una alta migración hacia nuestro vecino del norte.
Pero el segundo problema, y el más grave. México ha dejado de invertir en sector energético en la parte privada, pero ha aumentado la pública.
Hoy la IED, está perdiendo fuerza. Mucha política en México, y sin energía, no habrá nearshoring.
En 2022, la inversión en energía, presentó una contracción de alrededor del 51% respecto al año anterior. La más afectada fue en la generación de electricidad.
La IED en generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, ha caído seis veces, comparado con la más alta en 2018. El Nearshoring incrementará la demanda de energía eléctrica. Si o No. ¿Quién invertirá para cubrir esta demanda? Existen más de 83 MW instalados en plantas de generación de electricidad, pero tenemos una red de transmisión y distribución, y que, en algunas horas pico, presentan congestión para mover la electricidad, incrementando los costos en algunas regiones de una alta demanda y pobre infraestructura.
La IED en energía, antes del 2012, no pasaba en promedio de los 1,000 millones de dólares en forma anual, hoy puede observar, con datos de la Secretaria de Economía, un crecimiento entre 4 a 5 veces. Pero la tendencia, es a la baja, actualmente.
En el total de la IED de México; el sector energético tiene tendencia en promedio entre el 9 a 11% de 1999 a 2022. Con la reforma energética del 2012 a la fecha, ha fluctuado entre el 15 a 20%. El 2022, fue solo del 7%, el más bajo en la última década.
En el total de las principales inversiones extranjeras directas de México, el sector energético ocupa el tercer lugar hoy día. Siendo el primero el manufacturero, y segundo por el financiero. Antes ocupaba el séptimo lugar.
Ante esta realidad, el Nearshoring está soportado en tenerlo para un largo plazo, o simplemente nos pasará lo mismo que China, siendo que este país en los últimos 18 años, la demanda de energía per cápita aumentó hasta cuatro veces. ¿No podría suceder en México?
Entonces, si la energía no es suficiente, y sus costos se incrementan para poder generar los productos por las empresas, de qué sirve la reducción de costos de logística al re-localizar las empresas en México, y esto podría cancelar el posible aumento del salario a las personas que integran a la cadena de valor en cada producto que pueda ser vendido en EUA.
Pobre México con el Neashroing, sólo vemos el crecimiento y no el desarrollo económico de las personas.
(Grupo Caraiva – Grupo Pech Arquitectos)