Este reportaje y que concluimos en esta entrega (Contrapesos 4T) pretende mostrar la transición del poder 2024 a partir de contrapesos que tratarán de calar el poder constitucional. Además de los contrapesos democráticos o autoritarios, además de los contrapesos internos y externos, además del peso económico o cultural de los actores públicos, hay otro factor que debe considerar el lector: la configuración de relaciones e interacciones dinámicas entre el poder público y sus contrapesos. Es decir: en tiempo real, un gobierno tiene que relacionarse con diferentes actores que pueden obstaculizar o ayudar en sus políticas y estrategias.
En este sentido, resulta crucial comprender que la política real se juega en varios carriles a la vez. No es que el gobierno tenga que atender en fila y por separado a sus interlocutores. Desde luego puede tratar de hacerlo: marcar agenda y prioridades. Lo cierto es que, en tiempo y forma, la dinámica relacional es compleja y las interacciones políticas son múltiples. Por ello se necesita visión de futuro (anticipar movimientos a largo plazo) con un programa de gobierno de fuerte apoyo popular (plasmado en las urnas). Esto lo tiene la Presidenta Claudia para gobernar y no dejarse encimar por contrapesos.
Conclusiones: democracia como vivencia
Este reportaje comenzó citando a Octavio Paz en tono de ambigüedad ética. Citemos de nuevo a Paz, en clave ético-existencial (octubre de 1993): "Ahora se habla mucho de democracia en México sólo que, en general, se la reduce a una serie de ideas y conceptos. No, la democracia es también una práctica. A su vez, las prácticas sociales, al arraigarse, se convierten en hábitos y costumbres, en maneras de ser". La visión de Paz comulga, quizás sin advertirlo, con la izquierda social y sus luchas democráticas. Vivencias que construyeron una opción política diferente.
Sigue Paz: "Para que la democracia funcione realmente debe haber sido previamente asimilada e incorporada a nuestro ser más íntimo. La democracia debe transformase en una vivencia. Esto es lo que, todavía, no sucede en México". ¿Ha cambiado esto, entre 1993 y 2024? AMLO diría a Paz que sí. Lo llama "revolución de las conciencias"; Sheinbaum anuncia tiempo de "prosperidad compartida". En el inicio de sexenio, cuando los actores públicos prueben de diversas maneras al nuevo gobierno, se verá la fortaleza democrática de la 4T, o sus debilidades. ¿Llegó el tiempo de la democracia como vivencia, como quería Paz? La democracia como una forma de vida, no sólo como un sistema electoral; así lo establecieron los constituyentes de 1917.
Mientras tanto, paradojas de la historia, lo que realizó en las urnas el movimiento de la izquierda social en 38 años de lucha política pacífica, lo vaticinó Paz –sin saberlo- en estas líneas, poco antes de su muerte: "El cambio debe venir de abajo, de la sociedad entera. El cambio no será voluntario ni impuesto: será la natural consecuencia de la evolución política del pueblo mexicano. (...) El cambio en las actitudes vitales de una sociedad precede a los cambios jurídicos y políticos". Cambio cultural, antes del cambio jurídico y político.
Lo anterior da pie a visualizar el último contrapeso a la 4T, que no se asume como contrapeso: la sociedad entera. A nivel individual, visualizar al ciudadano como contrapeso no es frecuente. Demasiado pequeña frente al aparato de Estado, la ciudadanía atomizada se diluye. Sin embargo, los ciudadanos son el mejor contrapeso a cualquier gobierno. Ese trabajo cultural sigue su marcha y forma parte de la responsabilidad ética de los medios de comunicación que registran el tiempo en que vivimos, así como de los actores públicos en los diversos ámbitos.
Que los nuevos gobernantes se asuman como catalizadores de la democracia, es lo que esperamos; es lo que necesita el país. (SEXTA Y ÚLTIMA PARTE)