Un terremoto de 7,5 sacudió ayer el norte de la isla de Célebes, en el centro de Indonesia. El seísmo provocó un tsunami que golpeó las ciudades de Palu y Donggala, a unos 80 kilómetros del epicentro.
El portavoz de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres, Sutopo Purwo Nugroho, indicó en un comunicado que varias personas —sin especificar una cifra— murieron por el derrumbe de edificios, según informaciones sobre el terreno. El seísmo tiene más magnitud que la cadena que causó más de 500 muertos en agosto en la isla de Lombok.
El terremoto desató el pánico entre los habitantes, según se puede observar en las imágenes de televisión locales. Los residentes corrían a abandonar las calles para refugiarse en lugares elevados.
Tras el anuncio del seísmo, la agencia de gestión de catástrofes avisó de que se avecinaba un tsunami, pero siete minutos después retiró la advertencia. Las imágenes grabadas desde la planta superior de un parking muestran, sin embargo, la llegada de una ola imponente que sumerge varios edificios y anega una mezquita en Palu, ciudad de 350.000 habitantes.
“Lo que ha golpeado Palu es un auténtico tsunami”, confirmó a la cadena de televisión local Kompas el responsable del centro de seísmos y tsunamis de la agencia indonesia de geofísica, Rahmat Triyono. El portavoz de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres señáló que las olas causaron “varios muertos por el derrumbe de los edificios”, a tenor de “informaciones sobre el terreno”. “El tsunami impactó en varios asentamientos y edificios en la playa”, dijo en un comunicado.
Previamente, a las 18.00 hora local, el centro de la isla había sufrido un terremoto de magnitud 7,5. El hipocentro se situó a 10 kilómetros de profundidad y su epicentro, a 56 kilómetros al norte de Donggala, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). Pocas horas antes, un seísmo más mitigado (6,1 de magnitud) causó en la misma región al menos un muerto, 10 heridos y el derrumbe de varios inmuebles.
Las autoridades no han ofrecido un balance oficial de víctimas de los dos fenómenos. El último seísmo tiene más magnitud —según la medición del USGS— que la cadena de terremotos que causó más de 500 muertos y unos 1.500 heridos en agosto en otra isla del país, Lombok, cerca de Bali.
El aeropuerto de Palu, que opera vuelos domésticos, resultó afectado en una torre de control y permanecerá cerrado hasta el sábado por la noche, precisó la Agencia Nacional de Gestión de Desastres.
El recuento de víctimas y daños está siendo difícil por el daño que han sufrido algunas infraestructuras de comunicaciones y cientos de estaciones de la red eléctrica, con los consiguientes apagones, indicó el ministerio de Comunicación e Información. La Agencia de Búsqueda y Rescate ha anunciado que un barco y helicópteros colaborarán en las labores de ayuda. Las Fuerzas Armadas desplegarán tropas y enviarán aviones Hércules C-130. El presidente del país, Joko Widodo, ha llamado a la calma a la población.
Este verano, una serie de seísmos asoló la isla de Lombok, situada al suroeste de Célebes, y dejó más de 500 muertos, 400.000 desplazados y más de 80.000 edificios dañados.
En 2004, un fuerte terremoto en el norte de la isla de Sumatra generó un tsunami que mató a unas 280.000 personas en una docena de naciones bañadas por el océano Índico, la gran mayoría de ellas en Indonesia. El país se encuentra en el llamado anillo de fuego del Pacífico, una zona de fuerte actividad sísmica.