Familia viaja miles de kilómetros para ver debutar a su hijo y lo expulsan a los ¡20 segundos!

Shoya Nakajima protagonizó el momento más inusual del pasado fin de semana luego de que su debut con el Antalyaspor de Turquía se viera manchado por su rápida expulsión a los 20 segundos de haber ingresado

Shoya Nakajima protagonizó el momento más inusual del pasado fin de semana luego de que su debut con el Antalyaspor de Turquía se viera "manchado" por su rápida expulsión a los 20 segundos de haber ingresado.

Lo peor para el japonés es que su familia estaba presente en el estadio con todo y que había viajado miles de kilómetros.


Todo ocurrió el pasado sábado 17 de septiembre durante el partido entre el Antalyaspor y el Adana Demirspor Kulübü por una jornada más de la Superliga de Turquía. Nakajima fue el elegido para ingresar a la cancha y tratar de cambiar el marcador 0-1 en contra de su equipo, aunque nada salió como se planeó.

    El futbolista japonés saltó a la cancha con 58 minutos y 11 segundos en lugar de Houssam Ghacha, esto ante la presencia de tres de sus familiares, incluyendo su madre, en la tribuna principal del Antalya Stadium. Para su mala fortuna, se fue expulsado 20 segundos después con el reloj en los 58 minutos con 31 segundos.

La intensidad del juego pudo más con  Shoya Nakajima, el cual se barrió en la primera jugada que tuvo oportunidad, descontando por completo a su rival y provocando la detención del partido. El central no dudó en sacarle la amarilla aunque de manera casi inmediata tuvo que ir a revisar el VAR.

Mientras la incertidumbre se apoderaba del propio jugador y de sus familiares, el árbitro del encuentro regresó al lugar de los hechos para quitarle el cartón preventivo a Nakajima e inmediatamente mostrarle la roja, algo que le causó una sonrisa de incredulidad ante el consuelo de uno de sus rivales.

Dos de los familiares presentes no pudieron con la situación y se mostraron incrédulos, mientras que su propia madre quedó sorprendida ante la situación y posteriormente se tapó la cara; segundos después se le pudo observar al borde del llanto por la expulsión de su hijo.

El futbolista japonés salió en buenos términos de la cancha y no le quedó más que observar a los asientos de las tribunas para tratar de observar a sus familiares y aunque parece haberlo logrado, siguió su paso a través de los túneles que conducían a los vestidores del estadio.