En abril del año pasado en la revista New York fue publicado un artículo, que detallaba cómo un grupo de estudiantes había caído en una especie de secta en torno de un hombre llamado Lawrence Ray, dicho artículo detonó para dar inicio a las investigaciones.
El hombre de 60 años, se mudó en 2010 a la residencia estudiantil de su hija y comenzó a ofrecer sesiones de "terapia" a varios jóvenes, supuestamente con el fin de ayudarlos con sus problemas psicológicos y mostrándose como una figura "paterna".
En dichas sesiones, Ray conseguía información a los estudiantes, especialmente mujeres, que luego utilizaba para manipularlas y mantenerlas bajo su control, según los fiscales, utilizando abusos físicos y verbales, amenazas y humillaciones.
Acorde a las autoridades, Ray, por ejemplo, forzó a las jóvenes a confesar cosas que no habían hecho, lo que luego utilizaba para exigirles dinero o trabajos por lo que no les pagaba.
El hombre hizo que al menos una de las estudiantes se prostituyera durante más de cuatro años mientras que él se quedaba con el dinero que obtenía, en total, medio millón de dólares.
Las autoridades acusan al individuo de haber blanqueado aproximadamente un millón de dólares obtenido de sus víctimas.