Un niño australiano de cinco años sobrevivió a una víbora pitón del tamaño de un coche pequeño que lo mordió, lo constriñó y lo arrastró a una piscina.
El chico, llamado Beau, jugaba en el borde de la piscina en la ciudad de Byron Bay, al sur de Brisbane, cuando una pitón de tres metros de largo salió de una vegetación cercana, explicó el viernes su padre Ben Blake a la radio Nine.
Entonces el padre intervino para desenroscar a la serpiente y tratar de calmar la situación. "No soy un niño pequeño, lo liberé en 15 o 20 segundos", explicó a la radio.
Según explicó Ben Blake, su hijo se estaba recuperando bien: "Una vez limpiamos la sangre y le dije que no iba a morir porque no era una serpiente venenosa, estaba bastante bien".