Más de un mes después de los terremotos que devastaron el sureste de Turquía, las autoridades de este país siguen trabajando para identificar a unos 2.500 cadáveres, ha estimado este viernes el forense turco Ahmet Hilal.
El número de cuerpos aún sin identificar se situaba en torno a las 2.500 la semana pasada, pero gracias a las pruebas de ADN, esta cifra va disminuyendo cada día.
Detalló que la mayor parte de las víctimas sin identificar, alrededor de 1.500, se hallan en la provincia de Hatay, la más afectada por los temblores, donde la ciudad de Antioquía quedó prácticamente destruida por completo.
Hubo casos, aunque pocos, en los que se enterraron víctimas sin antes tomar una muestra, y entonces se hace necesario volver a abrir la tumba, añadió.
Según el forense, solo en la provincia de Kahramanmaras, la segunda más afectada por los sismos, se dieron 425 casos en los que hubo que volver a abrir una tumba. También ha ocurrido en varias ocasiones que se enterró a un muerto bajo una identidad equivocada.