El papa Francisco y el máximo clérigo chií de Irak dieron el sábado un poderoso mensaje de coexistencia pacífica, instando a los musulmanes de la nación árabe cansada de la guerra a abrazar a la asediada minoría cristiana durante una reunión histórica en la ciudad santa de Nayaf.
El gran ayatolá Ali al-Sistani dijo que las autoridades religiosas deben proteger a los cristianos de Irak y que los cristianos deben vivir en paz y disfrutar de los mismos derechos que los demás iraquíes. El Vaticano dijo que Francisco agradeció a al-Sistani por haber “alzado la voz en defensa de los más débiles y perseguidos” durante algunos de los momentos más violentos de la historia reciente de Irak.
Tras el encuentro, el primer ministro Mustafa al-Kadhimi declaró el 6 de marzo Día Nacional de la Tolerancia y la Coexistencia en homenaje al evento, que calificó de “histórico”.
Al-Sistani, de 90 años, es uno de los clérigos más importantes del Islam chií y sus escasas pero poderosas intervenciones políticas han ayudado a dar forma al Irak actual. Es una figura profundamente venerada en Irak, un país de mayoría chií, y los chiíes de todo el mundo buscan sus opiniones sobre cuestiones religiosas y de otro tipo.
La histórica reunión en la humilde casa de al-Sistani tardó meses en prepararse, con cada detalle minuciosamente analizado y negociado entre la oficina del ayatolá y el Vaticano. La visita se emitió en vivo en la televisión iraquí, y los residentes aplaudieron el encuentro entre los dos respetados líderes espirituales.