Era el año de 1988 cuando Felipe de Edimburgo fue entrevistado por la Deutsche Press Agentur y haciendo referencia a la superpoblación global, que entonces no era como la de ahora, el consorte real hizo una declaración que hoy, en tiempos de una pandemia, toma un significado muy serio y hasta profético.
“En caso de que me pudiera reencarnar, me gustaría hacerlo como un virus mortal, para ayudar a resolver el problema del hacinamiento”, dijo Felipe.
Probablemente, el esposo de la Reina Isabel II no pensó que 32 años después, cuando él aún vive, estaríamos pasando por una de las crisis sanitarias más agresivas en la historia de la humanidad provocada por el virus del covid-19.
Y justamente la población más vulnerable es la de la tercera edad, donde Felipe está, por tener 98 años de edad.
Además su hijo, el príncipe Carlos, y el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, dieron positivo a las pruebas que se les realizaron por coronavirus.
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La semana pasada fue trasladado de Sandringham al Castillo de Windsor en helicóptero para estar con su esposa y juntos mantenerse resguardados y alejados de personas infectadas.
Actualmente se están tomando todas las precauciones para que las personas que los atienden no tengan contacto con el exterior.