- El gobierno ruso acusó a Macron y a otros líderes europeos de buscar prolongar el conflicto en Ucrania en lugar de promover una solución pacífica. En un discurso televisado, Macron anunció planes para convocar una reunión de jefes militares europeos con el objetivo de discutir el envío de tropas a Ucrania en caso de un eventual acuerdo de paz con Rusia.
Además, Macron subrayó la necesidad de que Francia esté preparada para actuar de manera independiente si Estados Unidos reduce su apoyo a Europa.
- El Kremlin calificó las declaraciones de Macron como "extremadamente polémicas" y las interpretó como una provocación directa. Serguéi Lavrov, ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, afirmó que las palabras de Macron equivalían a una amenaza contra Rusia y las comparó con las ambiciones históricas de figuras como Napoleón y Hitler, aunque criticó la falta de "elegancia" del presidente francés al expresar sus intenciones. Lavrov también rechazó las propuestas europeas de enviar fuerzas de paz de la OTAN a Ucrania, advirtiendo que Moscú consideraría cualquier despliegue de este tipo como una presencia directa de la alianza en el país y no lo toleraría.
- El contexto nuclear también ha escalado la tensión. Macron mencionó la posibilidad de extender el "paraguas nuclear" francés a sus aliados europeos, una idea que Rusia ha tachado de irresponsable. Ambos países, junto con Estados Unidos, son potencias nucleares significativas: Rusia y Estados Unidos poseen más de 5,000 cabezas nucleares cada uno, mientras que Francia cuenta con 290. Altos funcionarios rusos han desestimado la retórica de Macron y otros líderes europeos, argumentando que no está respaldada por una capacidad militar real y destacando los avances de Rusia en el campo de batalla en Ucrania.
- Por otro lado, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha reiterado que las acusaciones occidentales de un posible ataque ruso a un miembro de la OTAN son infundadas. Putin ha enfatizado que la guerra en Ucrania es parte de una lucha histórica contra lo que considera una expansión agresiva de la OTAN y una humillación a Rusia tras la caída de la Unión Soviética.
Actualmente, Rusia controla cerca del 20% del territorio ucraniano, incluyendo Crimea y partes del este y sur del país. Ucrania y sus aliados occidentales insisten en que el conflicto es una guerra de agresión imperialista por parte de Rusia y han prometido continuar apoyando a Ucrania hasta su victoria.
En este escenario, la escalada de tensiones entre Rusia y Occidente parece no tener fin, con implicaciones globales que podrían redefinir el equilibrio de poder en Europa y más allá.