En el año 2013 la Asamblea General de la ONU decretó el 30 de julio como Día Mundial contra la Trata de Personas, con la clara intención de concienciar a las personas y sobre todo a los gobiernos, acerca de la grave problemática que ha acarreado la expansión de este delito a nivel mundial.
La trata de personas es considerada uno de los más graves delitos de violación a los derechos humanos, siendo catalogada un símbolo moderno de esclavitud del siglo XXI, mediante la cual las personas son privadas de su libertad y derechos por parte de terceras personas.
Se estima que aproximadamente el 30% de las víctimas de la trata de personas son niños y el otro 70% son mujeres y niñas. Los primeros en la mayoría de los casos se usan para realizar trabajos forzosos en situaciones precarias, mientras que las mujeres y niñas son explotadas sexualmente desde muy temprana edad.
Esto sin contar aquellos casos relacionados con los comerciantes de órganos del mercado negro, o que se vinculan con otros hechos delictivos como el tráfico de drogas.
Según informes emitidos por la Organización de las Naciones Unidas, los grupos humanos que tienden a padecer este tipo de hecho delictivo son los desplazados, es decir, personas que han tenido que abandonar su país de origen, por culpa de un conflicto armado o situación política que los impulsa a emigrar o pedir refugio a otra nación.
Allí, donde hay grandes corrientes migratorias es donde la ONU ha orientado los mayores esfuerzos para luchar contra la trata de personas, realizando los más grandes eventos cada 30 de julio.
La Campaña "Corazón Azul" es una iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas creada en el año 2008 en Viena (Austria), orientada a sensibilizar y crear conciencia en la población mundial acerca de la lucha contra la trata de personas y su impacto en la sociedad.
El corazón azul se ha convertido en el símbolo internacional de la lucha contra la trata de personas, representando la tristeza de las víctimas que son objeto de la trata de personas. Igualmente manifiesta la insensibilidad de aquellos que compran y venden a otros seres humanos.
Con esta campaña se pretende obtener una masiva y activa participación en la defensa de esta causa, a fin de erradicar esta forma moderna de esclavitud.
Este año el tema se sitúa a las víctimas de la trata de personas en el centro de la campaña y pone de relieve la importancia de escuchar y aprender de los supervivientes de la trata de personas. La campaña presenta a los supervivientes como actores clave en la lucha contra la trata de seres humanos. Se centra en el papel crucial que desempeñan en el establecimiento de medidas eficaces para prevenir este delito, identificar y rescatar a las víctimas y apoyarlas en su camino hacia la rehabilitación.
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