Tras celebrar el décimo aniversario de la muerte del líder Kim Jong Il, Corea del Norte prohibió a los ciudadanos reír, comprar o beber durante un periodo de luto de 11 días, según medios locales. Corea del Norte realizó una ceremonia este viernes por la muerte de Kim Jong Il a la que asistieron miles de personas, incluyendo su hijo Kim Jong Un, según imágenes de la televisión estatal de ese país.
Kim Jong Il dirigió Corea del Norte durante 17 años hasta su muerte en diciembre de 2011, cuando traspasó sus poderes a su hijo Kim Jong Un.
En una plaza de Pyongyang, la capital, los ciudadanos celebraron el aniversario en el Palacio del Sol de Kumsusan, el mausoleo dedicado al difunto líder y a su padre Kim Il Sung, el fundador de Corea del Norte.
Imágenes retransmitidas por el canal estatal KCTV mostraron al actual líder del país, Kim Jong Un, inclinado ante un gran retrato de su padre, desde una plataforma que dominaba el mausoleo, con la presencia de lo que parecían ser miles de personas. Durante la conmemoración, las personas también se inclinaron ante un mural que representa a los dos Kims, frente al cual dejaron flores.
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Los medios de comunicación estatales de Corea del Norte, fuertemente controlados por el gobierno, publicaron editoriales en los que se elogiaba el "liderazgo revolucionario" de Kim Jong Un, al tiempo que se instaba a la población a seguir siendo fiel a su hijo.
"Con el respetado líder Kim Jong Un en el centro, debemos fortalecer nuestra lealtad partidaria y revolucionaria", dijo Rodong Sinmun, el periódico oficial del gobernante Partido de los Trabajadores.
Además, subrayó que el pueblo debe adherirse "a las ideas y al liderazgo" de Kim Jong Un. Desde 1948, ya son tres generaciones de la familia Kim que gobernaron el país.
Bajo sus mandatos, Corea del Norte adquirió misiles de largo alcance y armas nucleares, pero su economía dirigida por el Estado ha sido mal gestionada y existe una escasez crónica de alimentos.
El país cerró sus fronteras el año pasado para protegerse del covid-19, lo que afectó también a su economía, ya maltrecha por las sanciones internacionales por sus programas de armamento. De hecho, Kim Jong Un admitió que existen dificultades y advirtió a la población que se prepare para la "peor situación".