Los cinturonazos existen desde tiempo ancestrales, pero recientemente las mamás parecen estar empeñadas en convertirlos en la versión evolucionada de correción
La realidad es que no hay quien no le tenga miedo a "cualquier cosa" que una mamá furiosa tenga en la mano, llámese cable de la plancha, sartén, cinturón, escoba o chancla.
Ahora le tocó a un joven colombiano protagonizar una de estas historias, la diferencia es que este no andaba haciendo nada malo, sólo participaba en una marcha pacífica organizada por la Universidad Industrial Santander Bucaramanga en la que se demandaba mayor presupuesto para las instituciones educativas de nivel superior.
“¡Juan Diego! Yo le dije que no se metiera en esto, yo le dije que no se me metiera aquí”
Desconocemos si la desesperada mujer logró dar con Juan Diego, pero le damos un poco de razón pues seguro estaba preocupada porque como sabemos, participar en marchas y manifestaciones también tienen su riesgo.
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