Una oleada de cangrejos migratorios alrededor de Bahía de Cochinos, en Cuba, emergió en una plaga sin precedentes, según los residentes del lugar, tras dos años de pandemia que provocó el encierro de los habitantes, permitió a los crustáceos cruzar carreteras normalmente transitadas y reproducirse en paz.
Después de que comienzan las lluvias de primavera en la isla, millones de cangrejos de color rojo, amarillo y negro transitan a diario al amanecer y casi al caer la noche en una marcha desde el bosque al lado de la carretera hasta la bahía en la costa sur en Cuba para llegar a desovar en el mar.
Miles de cangrejos son víctimas de los neumáticos de automovilistas que cruzan la vía. Pero en los últimos dos años prácticamente se desplazaron sin el obstáculos de los autos.
“Hay más cangrejos ahora de lo que ha habido en muchos años”, dijo Ángel Iraola, de 46 años, quien vigila un estacionamiento de autos en un camino repleto de cangrejos.
Los científicos aún tienen que confirmar los informes iniciales de una recuperación inducida por la pandemia, aunque Reinaldo Santana Aguilar, un experto del Ministerio del Medio Ambiente de Cuba, dijo que la embestida de cangrejos este año habla por sí misma.
“Este año, hemos observado que las migraciones han tenido una alta densidad de cangrejos. Es muy probable que las poblaciones de cangrejos se hayan recuperado y por eso hay ahora una migración tan fuerte”, señaló.
Turistas en Cuba que coincidieron con un frente frío que trajo las primeras lluvias de primavera a la región pudieron ver la plaga de cangrejos en la zona.
Giordanis Durán, de 43 años, quedó sorprendido por la enorme afluencia de cangrejos este año, pero vino preparado. Con un trapeador casero, despejaba los cangrejos de la carretera caminando delante del automóvil.
“Usamos el trapeador para espantar a los cangrejos, para no matarlos”, dijo Durán, al señalar que también estaba evitando los pinchazos a los neumáticos del auto.
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